Un anciano que vive al suroeste de Shangái (China) rechazó 200.000 euros que le ofrecía el Gobierno por su casa, que estaba enmedio de una zona en la que se iba a construir una autovía. Le notificaron que debían derribar la edificación para hacer la carretera, pero él se negó. Le ofrecieron una vivienda alternativa pero volvió a decir que no y decidió quedarse en su casa donde vive con su nieto de 11 años.
Ahora, con la autovía ya en marcha, es imposible acceder a la vivienda por otro sitio que no sea una tubería de agua, y el jubilado se replantea la situación. En declaraciones recogidas por Auto Bild, ha reconocido que está arrepentido de la decisión que tomó y que si volviera atrás en el tiempo “aceptaría las condiciones que me ofrecieron para la demolición”. Pero ahora no hay nada que hacer ya que el Gobierno le ha contestado que el trabajo de construcción de la autovía está en un estado muy avanzado.
En principio, la postura de este hombre llamado Huang Ping fue vista como una señal de resistencia, como una decisión valiente. Pero ahora es una pesadilla ya que cuando ha querido dar marcha atrás, el Gobierno ha retirado su oferta y no le pagará los 200.000 euros ni le ofrecerá una vivienda alternativa.
Ahora, vive en medio de una autovía, como se puede ver en un vídeo que ha publicado en Youtube la cuenta Engineering Allure que suma más de 63.000 visualizaciones.
Pasa el día fuera de su casa y regresa por la noche: “no lo soporto”
Ping sale de su casa por la tubería, que es el único punto de entrada y salida, pasa todo el día fuera porque no soporta el ruido que generan las excavadoras y maquinaria pesada que trabajan en las obras.
La vivienda está situada en la autopista G206 que tiene más de 13 kilómetros de largo y ya, debido a la negativa inicial del anciano a abandonar la casa, no se puede derruir. En el caso de que se hiciera, el Gobierno perdería mucho dinero, como señala el medio antes citado. “Millones de yuanes invertidos tirados a la basura”.
Las opciones que tiene este jubilado para regresar a una vida tranquila, son comprar una casa en la ciudad o quedarse a vivir con sus familiares. Porque, además del ruido, permanecer allí tiene ciertos riesgos.
Uno de ellos es el del acceso. Porque en los meses en que no llueve, se puede entrar por la tubería pero cuando cae agua, se inunda.
Qué son las casas clavo en China
El caso de Huang Ping no es el único en China. Allí cada vez es más habitual encontrar en el paisaje las llamadas casas clavo (dingzihu en mandarín). Son viviendas cuyos dueños se niegan a vender a promotores inmobiliarios. En los casos más extremos, están en medio de grandes proyectos de construcción.
En muchos casos, se ven como símbolos de resistencia contra el poder del Gobierno aunque lleven a situaciones como la de este ciudadano. La mayor parte de las veces, son los propietarios quienes rechazan la compensación que ofrecen los promotores al considerarla insuficiente o injusta.