El Tribunal de Hasslehölm, Suecia, falló a favor de Roger Tullgren, un hombre de 42 años, quien tras una década de lucha legal consiguió que su adicción por el heavy metal fuera considerado una incapacidad permanente que afectaba su capacidad para mantener un empleo a tiempo completo. Esta decisión, inédita en el ámbito jurídico sueco, le otorgó percibir una pensión mensual que complementaba con sus ingresos.
La sentencia, recogida por Francisco Trujillo, profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social (puede leerse en esta publicación de LinkedIn), cuenta el caso de Tullgren, un trabajador y fanático del heavy metal desde su juventud. Este fanatismo le dificultaba mantener un empleo a tiempo completo debido a su necesidad de asistir a conciertos y su intensa dedicación a este género musical. Para hacerse una idea, solo en 2006, llegó a asistir a más de 300 conciertos, lo que provocó su despido de varios trabajos. Esta situación llevó a Tullgren a emprender un proceso legal para que su afición o “adicción” fuera reconocida como una incapacidad permanente que afectaba su rendimiento laboral.
A lo largo de los años, Tullgren consultó a varios psicólogos, quienes coincidieron en que su 'adicción' al heavy metal le provocaba limitaciones psicológicas que le impedían mantener un trabajo a tiempo completo. Tres psicólogos avalaron que su situación requería de una pensión o prestación para evitar la discriminación laboral, lo que finalmente fue ratificado por el tribunal sueco.
Una incapacidad permanente con una pensión de 400 euros al mes
El fallo del tribunal estableció que Roger Tullgren no podía desempeñar adecuadamente su trabajo sin someterse a sesiones intensivas de heavy metal, un requisito que fue reconocido como una condición incapacitante. Como resultado, se le concedió una pensión mensual de 400 euros al mes que complementaba su salario por su empleo a tiempo parcial como lavaplatos en un restaurante.
Así, este trabajo más su pensión le permitió combinar su vida laboral con su pasión, ya que su jefe le permitía escuchar música heavy metal durante sus horas de trabajo, excepto cuando había clientes presentes. Además, se le autorizó a vestir su ropa habitual de estilo heavy metal, lo que facilitaba su integración en el entorno laboral sin comprometer su identidad personal.
El caso de Tullgren tuvo bastante repercusión en Suecia, debido al concepto de aflicción y adicción y su repercusión a la hora de desarrollar un trabajo señala Trujillo en su post. El tribunal señalo que el heavy metal es una parte fundamental de la vida de Tullgren y que el estado sueco debe proporcionarle el apoyo necesario para que pueda continuar con su estilo de vida sin verse afectado económicamente.
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