Un jubilado vuelve a trabajar porque no puede pagar el tratamiento de su mujer: “sigo justo de dinero, pero espero poder cobrar la pensión algún día”

Un ex carpintero de 90 años ha tenido que regresar al mercado laboral y lo ha hecho en un supermercado donde se ocupa del departamento de comida preparada.

Un jubilado vuelve a trabajar porque no puede pagar el tratamiento de su mujer: “sigo justo de dinero, pero espero poder cobrar la pensión algún día” |Business Insider
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Vince Scidonie, de 90 años, ha vuelto a trabajar después de jubilarse y estar cobrando su pensión, dando un giro radical a su vida. El motivo es que con el dinero que tenía ahorrado y la cuantía que que cobraba del Seguro Social (la Seguridad Social en Estados Unidos) no tenía para llegar a fin de mes. Como relata en una entrevista concedida a Business Insider, invirtió 46.000 euros en comprar una casa, se quedaron sin dinero en el banco y, de repente, subieron los impuestos. 

Concretamente, el Impuesto de Bienes Inmuebles, un incremento con el que no contaba la pareja que pasó de 1.860 euros al año a más de 4.650 euros. Los intereses empezaron a “devorarme en vida”, y decidió enviar el currículum a una oferta de trabajo en la que buscaban personal para el departamento de comidas preparadas de un supermercado. 

Así, este jubilado residente en Oklahoma, que ya había trabajado en la obra, en la Marina de los Estados Unidos y como carpintero, tuvo que firmar un contrato de trabajo a sus 90 años recién cumplidos. “Desde hace más de dos décadas tenía la pensión congelada, gastamos todos nuestros ahorros en una casa que hubo que amueblar y cubrir los gastos básicos, como los impuestos o las gestiones”.

Con su primer empleo cobraba un sueldo de 1,40 euros la hora

Con 8 años acompañaba a su padre, que era contratista, a las obras de las que era encargado. Al llegar a la adolescencia empezó en ese sector donde, reconoce, “el la jornada laboral era de 10 a 12 horas diarias” y le pagaban 1,50 dólares (1,40 euros) la hora. Cuando su padre estaba a punto de jubilarse, Vince aprendió el oficio de carpintero. “Falleció cuando estaba realizando la formación”, aseguró a BI.

Eso le llevó a abandonar ese trabajo y alistarse en la Infantería de Marina. “Cuando lo dejé regresé a la obra, con un contratista, me gustaba porque podía hacer lo que me pidieran y ascendí rápidamente”.

Todo el dinero lo ahorraba para cumplir su sueño, que era el de tener una casa en propiedad. “Era consciente de que habría que pagar deudas y facturas, comprar los muebles y asumir todos los gastos diarios”.

Considerando que tenía bastante dinero en el banco para hacer realidad lo que tanto él como su esposa querían, pidió la jubilación. “Vivíamos al lado de un lago, yo hacía deporte, jugaba al golf e íbamos a la iglesia”. Pero su mujer enfermó y murió más tarde. 

Los problemas económicos empezaron en 2024

Al quedarse viudo, se volvió un asiduo a la iglesia, donde conoció a su segunda esposa. “Cuando nos casamos tenía 50.000 dólares en el banco (42.900 euros) y una casa en Oklahoma pero la vendimos para comprar otra”. Al cambiar de ciudad subieron los impuestos y como estaban sin ahorros se vieron en una complicada situación financiera.

“Tenía mi pensión, que cobraba desde 1998, con una cuantía fija por la congelación de las pensiones. Ahora, casi 30 años más tarde, todo ha subido de precio por lo que la cantidad que estaba cobrando no bastaba para el día a día”. Su mujer cobra otra pensión del Seguro Social y entre los dos ingresan 104.000 dólares (unos 89.000 euros) al año.

Eso sí, hay que tener en cuenta que en Estados Unidos la Sanidad no es gratuita y que su segunda esposa también enfermó y tuvo que ser operada. “Aunque nos dicen que nuestros ingresos son considerables, no es así porque la economía va fatal. No puedo ahorrar nada”.

Con 42 dólares en la cuenta tuvo que volver a trabajar

Cuando se decidió a regresar al mercado laboral se encontró con un problema importante. Su edad era un hándicap y continuamente quedaba fuera de los procesos de selección. “Supongo que al ver en mi carné de identidad la fecha de nacimiento de 1934 se echaban para atrás”. En 2024 vio una vacante que le interesó, en la cadena de alimentación OnCue donde le entrevistaron en 45 minutos “y me dijeron enseguida que el empleo era mío”.

Su jornada laboral es de martes a viernes, con un contrato parcial de 5 horas al día. “Entro a las 8 de la mañana, y si van atrasados en la cocina les echo una mano. Si no, empiezo a preparar las pizzas para llevar. Sé hacer 12 tipos diferentes y a partir de ese momento se elaboran tacos, hamburguesas o bocaditos de pollo”.

A mediodía tiene que limpiar el área de trabajo para sus compañeros del turno de tarde. “A veces me han pedido que vaya a otras tiendas para sustituir a otros empleados y entonces me pagan tres o cuatro horas extra”.

Aunque no quiere hablar del sueldo, destaca que “no es muy alto, empecé con 14 dólares (12 euros) la hora y ahora cobro 14,90”. “El ambiente de trabajo es muy agradable, tengo una supervisora que tendrá entre 45 o 50 años y otra que es más joven con 35. Nos llevamos muy bien. Tanto que cuando cumplí 90 años organizaron una fiesta, y llamaron a varios directivos de las oficinas centrales”.

“Me gustaría jubilarme y poder viajar”

Aunque está contento con su trabajo, para Vince lo más importante es su familia. “Me gustaría poder jubilarme algún día y viajar para visitar a nuestros hijos. Sé que a todo padre le gustaría poder ayudar económicamente a su familia pero ellos entienden que no estoy en condiciones de hacerlo. Mi hija y su marido tienen todo lo que les hace falta, igual que los de mi esposa”.

El problema, resalta, es que “ahora estoy bien de salud, pero si esto falla ¿qué voy a hacer? Ahora estamos centrados en ver si podemos ahorrar dinero, y cómo nos trata la economía. He aprendido que lo mejor es no programar nada, y dejarlo todo a la improvisación”.

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