Ganar la lotería suele ser sinónimo de alegría, sueños cumplidos y planes de futuro. Aunque es habitual compartir los premio con la familia, como en el caso del albañil que pagó la hipoteca de sus 4 hijas, no todos son de la misma opinión. En el punto opuesto está un joven de 24 años de Estados Unidos, que tras ganar más de 5 millones de euros ha decidido no compartir nada con su familia porque no le parece suficiente dinero para “andar regalándolo”
El mismo ha explicado su caso a través de la plataforma ‘Reddit’ en la que ha compartido el porqué de su decisión, y en la que se lamenta de que su familia le ha dado la espalda después de negarse a compartir la fortuna.
No compartir el premio es una estrategia para asegurar su futuro
Aunque ganar la lotería es un golpe de suerte, para este joven supone tener estabilidad económica durante el resto de su vida.
Cuando después de un tiempo comprando junto a su esposa un décimo de lotería, la suerte les sonrió, decidió que “no quería formar parte del 70% de los ganadores de lotería que terminan en bancarrota y tampoco quería tener que volver a trabajar en un empleo real nunca más”.
Lejos de derrochar el dinero, el joven, que trabaja en el sector financiero, decidió invertir la mayor parte del premio. Tras pagar sus deudas pendientes le quedaron unos 4,3 millones de euros. De los cuales invirtió 2,5 en fondos mutuos, REITs y acciones preferentes para asegurar una rentabilidad sólida y de bajo riesgo.
Con los casi 2 millones restantes, compró un complejo de apartamentos valorado en 5 millones, una inversión que, según él, “genera flujo de efectivo y nos dará altos rendimientos con bajo riesgo”.
Un futuro estable pero lejos de su familia
El joven esperaba que su familia celebrara la noticia con entusiasmo y se sintiera orgullosa de cómo había manejado la fortuna, pero la realidad fue muy distinta. “Pensé que su primera reacción sería alegrarse por mí y por cómo habíamos sido financieramente responsables con el dinero”, explica.
Sus familiares empezaron a pedirle viajes pagados, que liquidara sus deudas y que les diera parte del premio. Fue entonces cuando decidió poner límites, porque “5 millones es mucho dinero, pero no tanto como para andar regalándolo”.
La respuesta no fue bien recibida. Según su testimonio, su familia le recriminó su actitud y llegó a romper relaciones con él. “Me dijeron que no era bienvenido en la familia y que no debía volver a hablarles nunca más”, se lamenta.
A pesar del conflicto, está convencido de que tomó la decisión correcta “estoy haciendo lo mejor para mí y mi esposa”.