Cumplir años siempre trae cambios. Nuevas metas, más responsabilidades y, a veces, pequeñas sorpresas que no se esperaban. Una de ellas llega en silencio, desde el banco: la cuenta joven que te acompañó durante la universidad, los primeros trabajos o los Erasmus, ya no será gratis para siempre.
Lo cierto es que las entidades financieras han fijado sus propias normas sobre hasta qué edad un cliente puede beneficiarse de este producto. Y aunque todas lo venden como un servicio pensado para acompañar a los jóvenes en sus primeros pasos, llegará un día en que el regalo se convierta en un coste mensual.
Banco Santander y Unicaja fijan la edad límite en los 28 años
Las entidades financieras en España tienen sus propias reglas en cuanto al cobro por mantenimiento de una cuenta bancaria. Banco Santander y Unicaja marcan el límite en los 28 años, mientras que CaixaBank y Sabadell lo sitúan en los 29. BBVA, algo más generoso, permite mantener la gratuidad hasta los 35.
La edad, sin embargo, no es el único factor: muchos bancos condicionan la exención de comisiones a domiciliar la nómina, los recibos o a que se use la tarjeta con frecuencia.
Lo que parece un detalle sin más tiene un trasfondo. Para muchos jóvenes, mantener una cuenta bancaria sin costes es una ayuda en un momento vital en el que los ingresos aún son inestables y los gastos no paran de crecer. Pasar a pagar 3 o 20 euros mensuales -en el mayor de los casos- de comisión puede marcar la diferencia en un presupuesto ya al límite.
Los bancos condicionan las cuentas a domiciliar la nómina
Las entidades, conocedoras del problema, lanzan cada cierto tiempo distintos paquetes de cuentas corrientes para jóvenes. Estos productos no suelen tener comisiones de mantenimiento y permiten realizar transferencias sin cargos extra. Además, las tarjetas asociadas son gratuitas y en ocasiones contemplan descuentos específicos.
Desde los propios bancos reconocen que estas políticas buscan fidelizar a los clientes en una etapa temprana y, al mismo tiempo, acompañarlos en el camino hacia productos más vinculados a la vida adulta: hipotecas, préstamos o seguros. En palabras del portal especializado de ‘Rankia’, “la cuenta joven no es solo un servicio gratuito, es una puerta de entrada a la relación a largo plazo con el banco”.
En ese sentido, las cuentas jóvenes se convierten en un termómetro de la vida adulta, pues marcan el final de una etapa en la que la banca era sencilla y sin costes, y el inicio de otra en la que las decisiones financieras tienen más peso. Porque, al fin y al cabo, crecer también significa aprender a manejar el dinero con nuevas reglas.
Es conocido que para una generación que ha crecido a la par de los avances tecnológicos y que no es capaz de salir de casa sin su móvil, lo más importante es la digitalización. “Y no se trata solo de tener una aplicación móvil. Buscan poder operar de manera inmediata: recibir y enviar dinero a golpe de clic, revisar movimientos, aplazar gastos… Quieren conectar su cuenta con otras apps y que el proceso no solo sea veloz sino también seguro”, resumen los expertos de HelpMyCash.
La OCU recuerda revisar las condiciones que tenemos con el banco
Otro punto que atrae a los jóvenes son las herramientas de ahorro e inversión. En este caso, las cuentas que ofrecen los bancos como Trade Republic, N26 y Revolut permiten a sus clientes automatizar el ahorro.
Claro que con cada cumpleaños, se acerca la fecha de caducidad de esa cuenta joven gratuita. Y el consejo es claro: revisar las condiciones de tu banco con tiempo para evitar sorpresas. En algunos casos bastará con domiciliar la nómina; en otros, quizá compense cambiar de entidad.
Por su parte, y como explica la OCU, la Organización de Consumidores y Usuarios, si los usuarios prefieren mantenerse en el mismo banco para evitar trámites burocráticos, tienen que acordarse esas condiciones en las que seguir ligados a la entidad. No obstante, cuando se acaba el plazo de vigencia de una cuenta joven, los clientes pueden buscar otras alternativas que se adapten mejor a las necesidades de cada uno.