Alemania es uno de los destinos más elegidos a la hora de probar suerte en el extranjero. La escasez de mano de obra en el país germano, sumado a sus altos salarios, hace que muchos profesionales de distintos sectores tomen la decisión de mudarse para prosperar laboralmente y, por ende, disfrutar de una mayor calidad de vida.
Daniel y Celia, que son amigos, son algunos de ellos. Ambos trabajan como conductores de autobús y han contado para ‘Radio Nervión’ su experiencia. Fue Celia la primera en dar el paso. Autónoma desde los 19 años, en 2018 decidió dar un giro a su vida profesional, motivada por las pérdidas económicas que sufría. Así, se sacó la licencia para conducir autobuses, pero no encontraba plazas.
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Una amiga le recomendó ir a Alemania, facilitándole un contacto. Esta no lo dudó y allí fue, dejando en un principio a sus hijos de 9 y 14 años en España. Su idea inicial era coger experiencia y regresar, pero después de tres meses cambió de opinión y trasladó allí a su familia. 5 años después, tras una ruptura complicada, volvió a España pero, viendo cómo el salario no le alcanzaba para mantener a sus hijos y pagar el alquiler, se marchó de nuevo a Alemania.
Ahora, confirma que es allí donde se siente más segura. “Yo me tuve que marchar con mis hijos porque me separé y me era imposible afrontar un alquiler. Ahora pago 880 euros por un piso luminoso con terraza, garaje, trastero grande e incluidos los gastos de luz, gas y agua. Allí [en España] rondaría los 1.000 euros solo el alquiler, sin los extras”, cuenta Celia al citado medio.
Daniel: “La media salarial va de los 2.800 a los 4.000 euros”
Daniel, aunque es venezolano, llegó a Bilbao en 2018. Como solo lo llamaban para cubrir bajas o trabajar en verano, siguió el consejo de Celia y se fue también a Alemania. “Emprendí un viaje en coche de 18 horas. A pesar de no saber alemán, la incertidumbre se disipó al llegar. La tranquilidad del lugar y la amabilidad de sus habitantes me hicieron sentirme bien”, relata a ‘Radio Nervión’.
Sobre el tema de la vivienda, Daniel explica que, en la mayoría de casos, cuando te entregan un piso en Alemania está sin amueblar. “Yo estoy en un pueblo y me cuesta 550 euros, es pequeño y modesto pero nos da para vivir mi mujer, mis dos hijas y yo. Si te vas a vivir a Frankfurt es, como es natural, más caro”, señala.
Ahora, destaca que siendo ahora mismo las viviendas más baratas que en España, hay que sumarle el hecho de que los salarios de los conductores de autobuses en Alemania son mucho más altos: “Aquí ganas según lo que hagas. La media va de los 2.800 a los 4.000 euros porque eso depende de la clase fiscal donde estés y de las horas extras que pongas los fines de semana. La media será de 2.900 euros”.
Ayuda de 255 euros por hijos, sin importar los ingresos
Siguiendo con el estilo de vida, Daniel asegura que la comida en Alemania también es asequible. Por ejemplo, cuenta que un menú suele rondar los 13,50 euros, dependiendo del lugar y del tipo de comida.
Celia, por su parte, destaca las ayudas familiares, recibiendo 255 euros al mes por hijo hasta que cumplen 25 años. Esta prestación es una cantidad fija que se puede gastar de forma libre y que no depende del nivel de ingresos. También resalta que los estudios son gratuitos y la universidad tiene un coste simbólico de 300 euros por semestre, incluyendo el transporte y el acceso a distintas actividades culturales.
Por último, respecto a la sanidad, indican que se puede elegir especialista y la ciudad a la que se quiere. Aunque algo que llama la atención son las escasas listas de espera, según ambos: las citas son rápidas e incluso en caso de tener que hacerte pruebas, se llegan a realizar el mismo día.