La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha reclamado al Ministerio de Agricultura que se informe de forma clara a los consumidores de que los huevos camperos han dejado de cumplir sus condiciones de producción habituales debido al confinamiento de las gallinas ponedoras por la gripe aviar.
Aunque la normativa europea permite mantener el etiquetado de "camperos" o "ecológicos" incluso si las aves están temporalmente confinadas por motivos sanitarios, la OCU considera que esta práctica vulnera el derecho a una información veraz, al ocultar al consumidor un cambio relevante en las condiciones de cría.
Desde noviembre, las gallinas que deberían criarse al aire libre se encuentran confinadas como medida preventiva frente a la gripe aviar. Sin embargo, los huevos siguen vendiéndose como camperos, a pesar de que no cumplen con el requisito principal que les otorga ese distintivo.
El valor añadido ha desaparecido, pero no el precio
Según datos de la OCU, los consumidores están pagando un sobreprecio del 27% por huevos que, en la práctica, han perdido su valor añadido. Una docena de huevos de suelo cuesta actualmente 3,25 euros, mientras que los camperos se sitúan en torno a los 4,13 euros. Esta diferencia se ha acentuado desde el inicio de la crisis aviar, que también ha empujado los precios a máximos históricos.
La organización ha trasladado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación su preocupación por la falta de transparencia e insiste en que se tomen medidas correctoras urgentes. Entre sus propuestas destacan:
- Revisar y modificar la normativa para que, incluso en situaciones excepcionales, se indique claramente el cambio en las condiciones de producción.
- Establecer mecanismos obligatorios de información en los envases y en los puntos de venta.
- Garantizar el derecho a una información veraz como parte esencial de la seguridad alimentaria y la transparencia del mercado.
La OCU también reclama un seguimiento de los márgenes comerciales para evitar que se mantengan precios elevados en productos que han perdido sus características diferenciales y que el consumidor no pague de más por un producto que actualmente no responde a lo que promete su etiquetado.