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Jubilados mayores de 80 años hablan claro: “me hubiera gustado estudiar, pero por circunstancias de la vida y la época, las mujeres ¿para qué íbamos a estudiar?"

Entre sacrificios, renuncias y consejos a los jóvenes, estos jubilados reflexionan sobre lo que más les pesa con la edad.

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Jubilados mayores de 80 años hablan claro: “me hubiera gustado estudiar, pero por circunstancias de la vida y la época, las mujeres ¿para qué íbamos a estudiar?" |Ernesto Mateos | YouTube
Francisco Miralles
Fecha de actualización:
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La vejez es más que sumar años a nuestra vida, son experiencias y sabiduría de todo lo que se ha vivido a lo largo de la vida, algo que se puede transmitir a los más jóvenes en forma de consejos.  Ernesto Mateos ha subido a su canal de YouTube un video en el que ha hablado con varios jubilados mayores de 80 años en el que explica cuáles son sus mayores consejos para los jóvenes.

“Yo en particular me siento bastante mayor porque me ha coincidido con problemas de salud, y de pronto da un escalón con la jubilación”, explica un hombre de 65 años. Otros, sin embargo, insisten en el lado positivo de esta etapa: “Mucha tranquilidad de llegar a esta edad y tener la paz que tenemos ahora mismo”.

La salud aparece como uno de los factores más determinantes: “A esta edad empiezan a surgir más enfermedades, lo cual te obliga a estar continuamente medicado y pendiente de ello”. Pese a estas dificultades, muchos coinciden en que el disfrute de hijos y nietos compensa: “Es una satisfacción estar aquí disfrutando lo que puedo de mi hija y de mis chiquitillos”.

“Me hubiera gustado estudiar”

Entre los testimonios surge un denominador común: los arrepentimientos ligados a lo que no pudieron hacer de jóvenes. Una mujer lo resume así: “A mí me hubiera gustado estudiar, pero por circunstancias de la vida y la época, las mujeres, ¿para qué íbamos a estudiar?”.

Otros recuerdan cómo su juventud estuvo marcada por restricciones sociales y un fuerte peso del deber: “Mi vida era cumplir normas y no preguntarlas. Ahora veo que vosotros tenéis más iniciativa”.

Al plantearse regresar a alguna etapa de la vida, muchos se quedarían en la juventud: “Los 17 o 18 años, eso es muy bonito. La juventud es un desconocimiento del futuro y la lucha por la vida siempre gusta”. Otros sitúan su momento ideal en torno a los 40: “Nuestros niños chicos, criándolos… tan bonitos”.

“La persona con la que convivimos 24 horas es con nosotros mismos”

La reflexión sobre los errores también estuvo presente. Uno de los entrevistados lo explica con sencillez: “Mayor error no te lo podría decir, ha sido una continuidad de lucha”. Otro confiesa que de joven daba demasiada importancia a cosas que hoy le parecen triviales: “En la juventud le das mucha importancia a una raya de lápiz como si fuera una montaña. Después te das cuenta de que era absurdo”.

Los consejos, en cambio, se centran en la autenticidad y el esfuerzo personal: “Nunca hagáis nada que os aconsejen si vosotros no lo tenéis claro. Haced vuestra propia vida”. También en la importancia de escoger bien las relaciones: “Que sepáis escoger, porque hay mujeres muy buenas, muy responsables. Eso es maravilloso”.

Otro jubilado lo resume en una enseñanza vital: “La persona con la que convivimos 24 horas es con nosotros mismos. Hay que evitar el sufrimiento dentro de lo posible y sentirse bien con uno mismo”.

“La vida pasa volando, aprovechadla”

Más allá de los testimonios de los mayores, Ernesto Mateos comparte dos aprendizajes personales al grabar el vídeo. El primero, sobre la gestión del rechazo: “Cada no que recibes en la vida te acerca un paso más al sí. Al principio me afectaba, pero comprendí que el rechazo no era hacia mí, sino hacia la situación”.

El segundo, sobre el valor de escuchar a quienes ya vivieron más: “Debemos escuchar mucho más a nuestros mayores. Aunque no tengan ni idea de móviles, la experiencia que tienen es un grado. Pregúntales por su vida y lo que te cuenten puede ser algo que no aprenderías de otra forma”.

Los mensajes finales convergen en una misma dirección: aprovechar el tiempo, valorar a la familia y ser honrados. “Que no hagáis mal a nadie si podéis evitarlo, y que sepáis perdonar”, aconseja una entrevistada. Otro añade: “Que respetéis a vuestros padres, porque si no se lo decís, después os quedará dentro”.