Esa sexta prórroga de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) específicamente diseñados por el Covid-19 pactada el pasado mes de septiembre será la última. No habrá una séptima. Por tanto, en algo menos de dos semanas, el próximo 28 de febrero, aquellas empresas que todavía están acogidas a este mecanismo de protección del empleo deberán transitar a los nuevos ERTE, el denominado Mecanismo RED.
Una opción que no acababa de convencer ni a los sindicatos ni a la patronal, que se encuentran en plena negociación con el Gobierno y la mayoría de las empresas, que instaban por establecer otra prórroga a modo de transición para ese escenario nuevo y todavía un tanto embarullado. Todavía no está 100% claro su ‘modus operandi’. Esa séptima prórroga la reclamaban, sobre todo, aquellos sectores todavía críticos por las secuelas de la pandemia de coronavirus y sus restricciones: el sector turístico.
Más de 100.000 trabajadores en ERTE
A él pertenecen los sectores más afectados: hostelería, con 21.184 trabajadores en ERTE Covid; servicios de alojamiento, con 16.307; agencias de viajes, con 10.792, y el comercio minorista, con 9.616. En el panorama general todavía están en esta modalidad 105.043, casi 2.500 empleados más que al finalizar 2021.
Es decir, su uso todavía está al alza. Todos ellos ponen en valor la facilidad para poner en marcha estos expedientes y ventajas como las exoneraciones fiscales para el empresario y ayudas específicas por desempleo para el trabajador.
Cambio de rumbo: el Gobierno valora tres vías de acción
Sin embargo, todo ha dado un vuelco en las últimas 24 horas. Del ‘no’ rotundo se ha pasado al ‘a lo mejor’ en la última reunión mantenida entre el Ejecutivo, los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social y los agentes sociales y en la que se han puesto sobre la mesa tres opciones.
La primera de ellas es una última prórroga de los ERTE Covid. Lo que reclaman con insistencia, como ya he se mencionado, las empresas. Sobre todo, las más afectadas, que temen caer en quiebra y tener que despedir al grueso de su plantilla. Pero el Gobierno, aunque ha abierto un tanto la puerta, la valora como la opción más remota.
"Lo que vamos a trabajar con empresarios y sindicatos es la aplicación directa de estos artículos de la reforma laboral", afirmaba Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, resaltando la posibilidad de los nuevos ERTE que contemplan la reforma laboral pueden activarse con motivo de crisis sectoriales.
Precisamente esta sería la segunda de las opciones: poner en marcha el mecanismo RED, que permite reducir jornadas laborales y suspender contratos con exoneraciones a la Seguridad Social, siempre que existan causas sectoriales o económicas excepcionales que tendrá que aprobar el Consejo de Ministros.
Es decir, facilita su tramitación y mejorar las ventajas en la cotización respecto al mecanismo de los ERTE prepandemia. Sin embargo, como se ha mencionado, se podrán activar cuando concurran crisis cíclicas o sectoriales. De lo contrario, las empresas deberán acogerse a los ERTE clásicos, la tercera vía que se contempla.
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