Trabajar de funcionario es la meta de muchos profesionales. Para conseguirlo, es necesario aprobar unas oposiciones, motivo que empuja a muchos estudiantes y trabajadores a escoger este camino. Pero, ¿cómo elegir la oposición adecuada? Puede parecer obvio, pero es fundamental saber qué estudiar. No todas las convocatorias son iguales y, saber por cuál optar, puede ser la diferencia entre triunfar o fracasar.
Lo primero de todo es concienciarse. Ser opositor requiere tiempo, sacrificio y trabajo. Nunca se debe dar por hecho los resultados ni subestimar el proceso selectivo: es importante estar motivado, pero también hay que ser realista y organizarse a conciencia para llegar a las pruebas lo más preparado posible.
Esto nos lleva al siguiente paso: hacer un análisis de nuestra situación. ¿Podemos dedicarnos exclusivamente a las oposiciones? Si es así, las opciones son más amplias, pues hay algunas que requieren tiempo completo. Por ejemplo, las relacionadas con la Justicia, que se encuentran entre las oposiciones más difíciles de aprobar. Indirectamente, dedicarse a tiempo completo al estudio también requiere contar con solvencia económica para mantenerse. Y, a veces, esta preparación lleva años.
Entre las claves para elegir una oposición, también debemos conocer cuál es nuestra predisposición. No todas las convocatorias cuentan con un gran número de plazas o, dependiendo de la competencia, es posible que tengamos que trasladarnos a otra ubicación. Al menos durante los primeros años, como suele ocurrir con las oposiciones de Educación. Otro factor importante es la regularidad con la que se convocan: hay algunas que salen todos los años, pero otras pueden convocarse de forma más espaciada en el tiempo. A continuación, se desgranan otros puntos importantes a tener en cuenta para saber qué oposición elegir.
Titulación exigida para opositar
Cada oposición tiene sus requisitos. Además, hay que tener en cuenta que los funcionarios se dividen en distintos grupos y subgrupos, que se establecen dependiendo de la titulación exigida:
- Grupo A (A1 y A2): se exige título universitario de grado o equivalente. Aquí encontramos, por ejemplo, las oposiciones a jueces y fiscales, interventores y auditores del Estado, los inspectores de Hacienda o los técnicos ingenieros.
- Grupo B: piden el título de Técnico Superior. Muchas de ellas se engloban en el grupo A2, pero podemos encontrar las de Escala Técnica de Laboratorio, como ejemplo.
- Grupo C: para el subgrupo C1, exigen contar con el título de Bachillerato o Técnico. Es el caso de las oposiciones de Policía Nacional, Ayudantes de Instituciones Penitenciarias o de Agentes de Hacienda. Para el C2, piden el título en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) o equivalente. Por ejemplo, encontramos las oposiciones de Policía Local, Auxiliar Administrativo del Estado o las de Guardia Civil.
- Grupo E (se trata, realmente, del Cuerpo Subalterno): no requieren titulación alguna.
Además de la titulación, se pueden sumar otros requisitos, como tener la nacionalidad española.
Grado de dificultad y competencia de las oposiciones
Para saber cómo elegir una oposición, también es importante valorar el grado de dificultad y la competencia. Puede parecer subjetivo calificar una convocatoria de fácil o difícil, pero atendiendo al temario, las plazas ofertadas o los requisitos exigidos, se puede decir que hay algunas más accesibles que otras.
Empezando por el temario, mientras que las oposiciones del Grupo A pueden componerse de más de 300 temas, en el Grupo C rondan los 30, encontrando incluso de 12 temas como ocurre con la oposición de Correos. En relación con este punto, en las del primer grupo no solo encontramos pruebas teóricas, sino exámenes orales, casos prácticos complejos… Por su parte, en las del Grupo C la mayoría se trata de cuestionarios tipo test únicamente.
Sí es cierto que a veces pueden exigir la superación de pruebas físicas. Es el caso de las oposiciones de Policía Nacional, Policía Local, Mossos d’Esquadra, Guardia Civil o bomberos. En conjunto, hay que saber cuáles son las capacidades y habilidades de cada una y escoger aquellas que se adaptan más y mejor a nuestras aptitudes.
Asimismo, hay que tener en cuenta la competencia. Se suele pensar que las oposiciones con mayor número de plazas son las más fáciles de aprobar, pero este factor puede volverse en nuestra contra. Si el temario es ligero o se exigen pocos requisitos, es muy probable que se presenten muchos candidatos. Al contrario, las oposiciones con menos plazas, que suelen corresponderse con las más difíciles, cuentan con menos aspirantes debido a los requisitos o el sacrificio que demandan.
Cuánto tiempo requiere prepararse la oposición
Al hilo de la dificultad, se debe valorar el tiempo necesario para prepararse cada oposición. A esto hay que sumarle otra posibilidad: no siempre se aprueba a la primera. Aceptar que este escenario es posible, y consecuentemente se aumente el tiempo necesario para conseguir plaza, es necesario. Respecto a la duración que exige cada una, varía dependiendo de la oposición, aunque el tiempo promedio, si bien es muy general, es de entre 18 y 24 meses.
Si acotamos por grupos, como estimación, para los del Grupo C los opositores tienen que estar entre seis y nueve meses; los del Grupo B sobre un año; y los del Grupo A pueden necesitar entre tres y cuatro años. Por poner algunos ejemplos, las oposiciones de juez y fiscal requieren aproximadamente alrededor de 4 años, la de notaría 5 años, la de Técnico de Hacienda dos años, la de profesores o maestros entre uno y dos años, o la de Policía Nacional que requiere también entre una y dos años.
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