Patricia Wheatley tiene 82 años y cobra 13,8 euros la hora (16 dólares americanos) gracias a su empleo en una tienda de barcos en Pensilvania (Estados Unidos). Su problema es que no tiene suficiente dinero ahorrado en el banco con el que poder sobrevivir pero, además, quiere ayudar económicamente a sus nietos. Actualmente, está cobrando una pensión de la Seguridad Social americana, pero no es suficiente y necesita ingresar un dinero extra.
“Soy alguien común y corriente, mi historia no es fantástica”, ha asegurado en una entrevista para la serie ‘mayores de 80 años’ de Business Insider. Ha reconocido que aunque le preocupa su futuro y le gustaría disfrutar de su pensión de jubilación igual que otros mayores, pero “no le doy muchas vueltas porque tengo demasiadas cosas de las que preocuparme”.
Cuenta con una intensa vida laboral, ya que comenzó a trabajar como profesora de música en un colegio. Durante ese tiempo, comenzó como voluntaria en un centro de desarrollo juvenil local y consiguió un nuevo empleo en un instituto donde permaneció hasta 1973. Luego, se casó y decidió dejar su trabajo y dedicarse a cuidar a los niños, aunque luego regresó al mercado laboral como ayudante en la clínica dental de su marido, conciliando la vida laboral con la familiar.
Volvió a trabajar como maestra, pero se quedó viuda y su vida cambió
Cuando su vida laboral y familiar estaban encauzadas, Patricia se quedó viuda. La muerte de su marido hizo que su vida diese un giro de 180 grados. Poco antes se había reincorporado al mundo laboral con un puesto de maestra en un colegio a finales de los 90. “No era nada fijo, sino una sustitución”.
A esto hay que sumar que su madre, que entonces contaba con 92 años, se mudó a su casa. “Mis hijos mayores estaban ya en la Universidad y mi madre se trasladó a nuestro domicilio”.
A pesar de que sus hijos ya están consiguiendo buscarse la vida por su cuenta, la pequeña sigue estudiando. Por ella decidió buscar un nuevo empleo y poder compaginarlo con el cobro de la pensión de jubilación.
“Necesitaba hacer algo y estar ocupada, pero con un trabajo como profesora no es fácil”. Ya contaba con una maestría ya que a los 57 años decidió retomar los estudios de Orientación. Cuando se le acabó el contrato de sustitución recibió una llamada que le abrió las puertas de nuevo al mercado de trabajo.
Su empleo es de atención al cliente en una tienda especializada

Su amiga le ofreció un puesto de trabajo en una tienda de barcos, donde cobraba un sueldo de 16 dólares la hora. Su función principal era la atención al cliente. “Lo que hacía era contestar llamadas, como siempre he tenido un trabajo en el que he estado en contacto con gente, no tuve problema ninguno”.
Para mejorar y conseguir estabilizarse en la empresa, se formó en archivos y en gestión de datos. “Mi amiga contrató a una mujer que la ayudase a configurar los nuevos sistemas y entonces lo que yo hacía con los archivos y los datos se fue al traste. Me costó adaptarme pero aprendí de ella, lo hace muy bien y con un buen sistema de organización”.
Luego, “yo reviso y veo qué más hay que hacer, atiendo el teléfono cuando no deja de sonar... ahora estamos ocupados preparando la decoración de Navidad y los detalles del 4 de julio (Día de la Independencia)".
“Gracias a este trabajo me siento activa, tomo mis propias decisiones y estoy aprendiendo continuamente”.
“No tengo ahorros porque nadie me ha enseñado a administrar el sueldo”
Aunque Patricia está consiguiendo aumentar sus ahorros gracias al sueldo que cobra todos los meses, pero su cuenta corriente tiene poco dinero. “No he sido nunca una derrochadora, pero había cosas que debía haber hecho en cuanto a las inversiones, son pequeños detalles que no me importaban tanto”.
“Alguien haciendo lo que yo hacía, que era trabajar como maestra, jamás hubiera podido comprar la casa que ahora tengo, pero lo hice y la he pagado. Antes de firmar la hipoteca, el agente que me atendía me dijo: no sé qué pacto tienes con Dios, pero te ha dado un trato diferente”.
También ha pagado el coche y ha cambiado el seguro para poder ahorrar. “Pagué la del novato, cuando entré en la casa, al poco tiempo me llegaron las facturas y me quedé helada”.
La Seguridad Social “no paga mucha pensión”
Su carrera profesional le ha valido para sumar 19 años de cotizaciones en el sector educativo. “No cobro mucha pensión de jubilación al mes” pero “sí lo suficiente como para no deber nada”. “Tengo que aprender a ajustar un poco más mi presupuesto para que se equilibre”.
“Mi problema es que ahora tengo 26 nietos y 11 bisnietos, me encanta regalarles en Navidad y en sus vacaciones, no son regalos impresionantes pero cuando son tantos, necesito un dinero extra para poder pagarlos”.
Reconoce que le gusta salir de vacaciones pero que hace tiempo que renunció para poder ayudar económicamente a su familia. “Me gustaría saber que podría vender mi casa sin problema cuando llegue el momento en que no me pueda quedar. Ahora mismo tengo estabilidad, y buena parte de la culpa es la de poder compaginar el empleo con una pensión”, concluye.

