Uno de los problemas del sistema educativo que más se ha reivindicado en los últimos años son los altos ratios de las aulas de los colegios, donde cada vez hay más alumnos por clase y donde los profesores encuentran más dificultades para conciliar su atención y poder impartir cumplir con el horario estipulado. Este es el caso de Laura, profesora de matemáticas, conocida en TikTok por compartir su día a día en el aula. En una de sus publicaciones relató las dificultades a las que se enfrenta para enseñar debido al ruido, la falta de disciplina y el orden. Estos motivos están provocando que uno de cada cinco docentes en España se plantee dejar la enseñanza, según afirma.
“20 minutos de reloj he necesitado hoy para empezar mi clase”: un inicio que se repite
La docente comienza su vídeo explicando que la sesión de ese día se ha retrasado de forma notable “20 minutos de reloj”, tiempo que, afirma, “he necesitado hoy para empezar mi clase. 20 minutos para poder arrancarme a decir, ¿empezamos o qué?”.
Las interrupciones son constantes. “Cada 5 minutos tengo que estar, shhh, nos callamos, que estoy todo el día que un día me voy a desinflar”, añade. Según su relato, le resulta imposible hacer una explicación completa “de más de 2 minutos seguidos”. Darse la vuelta para llamar la atención es algo recurrente tal y como indica “estoy medio explicada y me tengo que estar dando la vuelta. Nenico, cállate, nenico, siéntate bien. No le tires gomas, cállate ya”.
Esta situación afecta a los alumnos que sí que intentan seguir la materia ya que, considera que “pierden el hilo de la explicación”. Y ella se pregunta “¿cómo lo vas a entender? si es que no hay manera de hacer una explicación completa de principio a final”.
Interrupciones constantes y pérdida real de tiempo lectivo
La profesora ha insistido en que esta situación dificulta gravemente el aprendizaje, afirmando que “ es imposible que se enteren de lo que estoy diciendo. No escuchan, les da igual todo”. Incluso llegan a cerrar la libreta a mitad de la clase porque “ya no le apetece copiar más”. Día a día se expone a la falta de motivación del alumnado reflejada en quejas respuestas como “no, es que yo no tengo ganas de hacer nada hoy. No, es que no voy a hacer nada”. Una situación que le desespera hasta el punto de que le “dan ganas de cogerlo y estamparlo”, algo que asegura bromeando, evidentemente no haría.
Entre la pérdida de tiempo inicial y los cortes continuos, afirma que el rendimiento real de una clase se reduce de forma drástica, ante lo que no sabe cómo actuar, “dime tú qué hago, porque es que los que quieren prestar atención (…) se nos hace bola dar clase”.
“Hay una falta de disciplina brutal”
La raíz del problema, explica, es la “falta de disciplina, de motivación”. Los alumnos no tienen “ganas de hacer nada, es que son unos gandulazos” señala. Para combatirlo “falta mucha educación”, sentencia. Ha comparado la situación actual con su etapa de estudiante, en la que evidencia las distracciones que ella misma podía tener. “Yo estaba en clase y hablaba, claro que hablaba, pero hablaba un poquito y me callaba”, lamenta.
A todas estas circunstancias se suman otras dinámicas de clase que reducen el tiempo lectivo. “10 minutos antes se ponen a recoger sin permiso (…) dime tú de 50 minutos qué calidad de clase he dado yo con 30”, explica.
Según su experiencia, el tamaño de los grupos incide directamente en los problemas de convivencia, puesto que “cuantos más alumnos por clase, más probabilidad hay de que alguno salte y dé follón e interrumpa la clase”, declara.
Un desgaste emocional que puede afectar al futuro de la enseñanza
Pese a la situación, la profesora se consuela con “saber que no estoy sola (…). Qué rabia”. El vídeo concluye con una advertencia sobre el creciente desánimo dentro del sector educativo que va a conducir a que se queden “sin profesores porque de verdad que efectivamente nos están quitando las ganas de serlo”, sentencia la docente.

