Siempre se ha pensado que quien tenía una farmacia tenía una mina de oro, solo por el simple hecho de dispensar medicamentos, pero no es tan fácil como parece. La realidad es que, este negocio es muy arriesgado, ya que las licencias son muy caras, los medicamentos cada vez dejan menos margen y la rentabilidad se sostiene gracias a la venta libre de parafarmacia y servicios adicionales.
En este sentido, el influencer y creador de contenido Adrián G. Martín ha entrevistado en su canal de YouTube a Toni Miquel Ferrer, dueño de una farmacia en Mallorca, que explica lo que gana y como funciona este negocio, en el que empieza diciendo que para empezar es necesario si o si el grado en “farmacia”. “Si una farmacia factura un millón de euros, se puede vender por dos millones. Esa es la referencia de mercado. Yo, por ejemplo, facturo unos 300.000 euros al año”, explica Ferrer.
“La rentabilidad está entre el 25% y el 30% en parafarmacia”
El farmacéutico explica que el beneficio no proviene tanto de los medicamentos, cuyos precios están fijados por ley, sino de la parafarmacia y los productos sin receta. “En dermocosmética, nutrición o complementos aplico entre un 25% y un 30% de margen. Por otro lado aclara que, aunque el precio de venta al público es idéntico, los laboratorios ofrecen descuentos mucho mayores en los medicamentos genéricos. “El principio activo es exactamente el mismo, pero las ofertas que nos hacen en genéricos son mucho más altas. Por eso, los farmacéuticos solemos recomendar la marca blanca, ya que para el cliente no cambia nada y para nosotros supone hasta un 50% de margen”, señala.
Sobre lo que gana por medicamento no se corta y dice que “con un antiinflamatorio de marca podemos ganar entre 1 y 1,60 euros, mientras que con el genérico de ibuprofeno el margen sube hasta los 2 o 2,50 euros”, explica.
El producto estrella actual es un fármaco para la diabetes que, de forma paralela, está siendo utilizado para adelgazar. “Es muy caro, ronda los 134 euros, y ahora mismo está muy buscado. Aunque está destinado a diabéticos, hay una demanda creciente para usos estéticos”, señala.
Por una licencia te pueden pedir hasta tres millones de euros
Para montar una farmacia es obligatorio ser farmacéutico titulado. Además, el número de licencias está restringido por población y distancia mínima respecto a otras farmacias o centros de salud. En Mallorca, por ejemplo, se exige una separación de al menos 250 metros.
Las licencias se obtienen por concurso público, en función de méritos académicos y experiencia profesional. También se puede acceder mediante la compra de una farmacia ya existente, en un mercado libre en el que los precios dependen directamente de la facturación del negocio. “He visto farmacias que facturan medio millón de euros y piden tres millones. En esos casos, el sobreprecio no suele justificarse. Lo normal es que se venda por el doble de lo que factura”, explica Ferrer.
Las farmacias tienen un coste elevado
El propietario detalla que sus principales gastos son el alquiler del local, la hipoteca de la licencia y el salario de sus empleados. “Tengo dos trabajadoras y siempre he preferido técnicos de farmacia porque son más económicos que un farmacéutico”, reconoce. El salario de un técnico ronda los 1.100 a los1.500 euros netos, mientras que un farmacéutico puede superar los 1.900 euros mensuales.
El tiempo de apertura también condiciona la rentabilidad. “Probé a ampliar las horas, pero al tener que contratar a otro farmacéutico se redujo mucho el margen y no compensaba. Volví al horario habitual”, comenta.
Un negocio que no se limita solo a medicamentos
Aunque las farmacias siguen siendo un negocio con cierta estabilidad, Ferrer subraya que la clave hoy está en diversificar. “Antes vivíamos solo de los medicamentos, pero ahora la rentabilidad está en la venta libre: cremas solares, productos de dermo, fórmulas magistrales o complementos alimenticios. Los medicamentos cada año dejan menos dinero”, explica.
La competencia online también es un factor a tener en cuenta. La venta por internet de parafarmacia crece a gran velocidad y resta clientes al comercio físico. Aun así, Ferrer cree que el trato personal sigue marcando la diferencia: “Siempre habrá quien prefiera la recomendación cara a cara antes que comprar en una web”.
¿Es rentable abrir una farmacia hoy?
El dueño lo tiene claro: depende de la inversión inicial, la ubicación y la gestión. “Es un negocio estable, pero no exento de riesgos. El Covid nos golpeó mucho porque en zonas turísticas como la nuestra las ventas cayeron en picado. También influye la localización: no es lo mismo abrir en una zona residencial con mucha población que en un área sin tráfico”, afirma.
A pesar de las dificultades, Ferrer anima a otros farmacéuticos a emprender: “Es un trabajo bonito porque ayudas a la gente con tu conocimiento. Pero no hay que engañarse: requiere mucho esfuerzo, una buena planificación y estar dispuesto a asumir riesgos”.

