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Pepe Cuadrado, ingeniero agrícola: “Marruecos es un Ferrari a nivel de producción”

El ingeniero explica las ventajas del campo marroquí, que despunta por sus condiciones frente a las limitaciones del campo español.

Pepe Cuadrado, ingeniero agrícola
Pepe Cuadrado, ingeniero agrícola |YouTube
Ana Cara
Fecha de actualización:
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La agricultura marroquí ha dado un salto abismal en los últimos años, posicionándose como una alternativa más competitiva frente al modelo españolAsí lo ha afirmado el ingeniero agrícola Pepe Cuadrado, que ha descrito a Marruecos como un “Ferrari” a nivel de producción, en una entrevista realizada en Agrolife.

Los costes más bajos, extensiones de cultivo mayores y unas condiciones naturales privilegiadas, hacen que este país sobresalga en el ámbito de los productos hortícolas y subtropicales, especialmente en el sector del aguacate, poniendo en jaque las producciones españolas.

Coste y rentabilidad de una finca en España

El aguacate ha ganado protagonismo en la costa sur de España, con una creciente inversión por parte de agricultores que buscan diversificar sus cultivos fuera de los límites de un invernadero. Sin embargo, no todo es tan rentable como parece. Pepe, ingeniero agrícola es propietario de la consultoría Iberian Avocados, donde asesora sobre subtropicales.

“Una hectárea cuesta entre 30.000 y 35.000 euros solo para ponerla en marcha”, ha señalado Cuadrado. La explotación no genera beneficios hasta pasados tres años, por lo que es necesario contar con otros ingresos durante ese periodo.

Una finca en producción puede alcanzar de media los 6.000 kg por hectárea a 2€/kg, lo que supondría unos 18.000 euros de ingresos brutos anuales. Al restar los costes, alrededor de 7.000-8.000 euros, los beneficios netos rondan los 10.000 euros por hectárea al año. En condiciones óptimas, se pueden alcanzar producciones de 20.000 kg/ha y precios de 3€/kg, con beneficios netos que superan los 50.000 euros, aunque Cuadrado advierte que “eso no es lo habitual”.

Un suelo con más ventajas 

La presión de países terceros no solo afecta al aguacate. Según el ingeniero, Marruecos también compite de forma directa con España en el sector hortícola, con ventajas evidentes en costes, clima y estructura productiva. 

“Marruecos es un Ferrari a nivel de producción, o sea, las fincas son espectaculares. Podríamos decir que es el gran competidor ahora mismo de la agricultura española” ha afirmado. 

Ha destacado las condiciones de la tierra del país vecino para convertirlo en un lugar privilegiado donde cultivar esta fruta. “Primero, las condiciones son espectaculares”, asegura, pero a la rentabilidad se asegura con lo que se paga por la mano de obra. “Allí una persona vale 10 euros al día”, ha contado en la entrevista.

Cuadrado ha explicado que el tipo de suelo —principalmente arenosopermite una gestión mucho más flexible que en España, donde predomina el suelo arcilloso. “Tú riegas demasiado y no pasa nada, lo único que estás perdiendo es agua. Riegas demasiado en un suelo arcilloso y te cargas la finca”, asevera.

Estas características hacen que Marruecos no solo sea competitivo, sino que cuente con un margen mayor de error en el manejo técnico, lo que reduce riesgos y permite producir a gran escala. Mientras tanto, en la península, el agricultor necesita una planificación meticulosa desde el diseño de la finca hasta el riego diario para poder obtener buenos resultados y rentabilidad.

La demanda del aguacate

Pese a los desafíos, la demanda del aguacate continúa creciendo. En países como España, el consumo per cápita se ha triplicado en la última década. Cuadrado recuerda que “hace unos años se consumía 1 kg por persona al año, ahora son 3 kg”, y la previsión es que siga subiendo, especialmente en países europeos donde el producto aún es poco común, como Italia o Alemania.

Sin embargo, el crecimiento acelerado del cultivo podría tener un límite. “Hay muchas fincas recién plantadas que empezarán a producir en masa de aquí a 3 o 4 años”, advierte Cuadrado. Esto podría desestabilizar los precios si la oferta supera la demanda, sobre todo si no se abren nuevos mercados o si los países terceros aumentan su presencia en Europa.

La clave, según el experto, estará en controlar los volúmenes, diversificar variedades y mejorar la calidad para mantener el valor añadido del producto español.

España como productor 

Cuadrado cree que España puede seguir siendo un productor relevante, pero hace falta profesionalización, asesoramiento técnico y un diseño eficiente desde el inicio. “Las fincas mal planteadas, sin estudios de suelo, clima o riego, acaban dando problemas y pérdidas”, señala.

España tiene la ventaja de una demanda interna en auge y un clima favorable en zonas como Granada, Málaga y Cádiz. Aun así, el modelo familiar y fragmentado contrasta con la gran escala de Marruecos, lo que podría dificultar la competencia directa sin apoyo institucional.

Cuadrado lanza un mensaje claro: “el gran problema del campo es la falta de asesoramiento técnico independiente y el abandono institucional”. Muchos agricultores reciben recomendaciones basadas en intereses comerciales, lo que provoca errores graves en las decisiones de cultivo.

Además, el robo en el campo, la falta de relevo generacional y la competencia desleal de terceros países hacen necesario un cambio de modelo: más apoyo al agricultor, mayor formación técnica y regulación efectiva que proteja el producto nacional.