La mayoría de hogares reciben más ayudas del Gobierno de lo que pagan en impuestos

Un estudio de Fedea señala que la intervención pública en forma de impuestos, prestaciones monetarias y en especie reduce en un 38% la desigualdad en la distribución de la renta.

Impuestos
Impuestos que pagan españoles en comparación con las ayudas recibidas Canva
Javier Martín

Existen más hogares que reciben más ayudas de lo que pagan en impuestos, que viceversa. Un hecho que permite igualar la distribución de la renta. Específicamente, solo el 20% de los hogares pagan más en impuestos de lo que reciben en ayudas, según un análisis reciente elaborado por Fedea y publicado por ‘El País’ que señala que el 80% de los hogares con menor renta bruta son beneficiarios netos de medidas económicas públicas y prestaciones.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el equipo de Gobierno de Pedro Sánchez sacaron el término presión fiscal a primera plana pública cuando se planeaba ejecutar la subida de impuestos a las rentas más altas y grandes empresas, así como a los bancos, además de la creación de nuevas figuras tributarias. La intención era, o es, acercar la presión fiscal a la media de la Unión Europea (del 35,4% al 40%). 

Para ello es condición indispensable que la Agencia Tributaria recaude 80.000 millones de euros anuales más, un 37%. Sin embargo, en comparación con los países de la OCDE, España tiene una presión fiscal más alta, siendo un 16% superior a la media. Según el Instituto de Estudios Económicos (IEE), las dos figuras tributarias en las que España tiene una mayor presión fiscal normativa son el impuesto sobre sociedades y la imposición patrimonial.

La presión fiscal, grosso modo, define la cantidad de dinero que los contribuyentes y empresas pagan en impuestos al Estado en relación con el Producto Interior Bruto (PIB). Es un término económico que se utiliza para medir la carga tributaria que recae sobre los ciudadanos y otras entidades obligadas a pagar impuestos.

Ocho de cada diez recibe más ayudas que impuestos paga

El 80% de los hogares encuestados muestran un saldo positivo entre el ingreso global anual de ayudas respecto al pago de impuestos, según los últimos datos disponibles, fechados en 2020. Además, se notifica la tendencia de que esta diferencia se reduce cuanto mayor es el porcentaje de ingresos. 

Para el escalón más bajo de hogares en cuanto a su poder adquisitivo, las pensiones, ayudas por desempleo, invalidez, enfermedad, asistencia social y apoyos a la familia y a la vivienda suponen un 125,6% de su renta bruta. Por otro lado, pagan un 29% en impuestos. Por tanto, el saldo entre ambos aspectos es del 96,6%. También se han tenido en cuenta impuestos como el IRPF, Sociedades, Patrimonio, IVA e ITPAJD, además de las cotizaciones sociales a cargo del trabajador o autónomo y a cargo de la empresa.

En el extremo contrario, el grupo de hogares más ricos se ubican como contribuyentes netos, al moverse su saldo entre impuestos y ayudas económicas recibidas sobre el 25%, resultado de un tipo impositivo del 35,1% sobre sus ingresos y de un 7,6% de prestaciones.

La importancia de las ayudas públicas

Concretamente, 2.172 euros es el restante que ingresaron como saldo positivo neto los hogares de perfil económico medio. Esta cifra resulta de los 45.211 euros de renta bruta media al sumar los 34.097 euros de renta primera ampliada a los 11.124 euros de prestaciones. 

Si se le restan los 13.202 euros en concepto de impuestos directos y 2.825 euros de indirectos, pasa a 29.184 euros. La renta disponible extendida pasa entonces a los 36.258 euros (tras añadir los 4.544 euros provenientes de la prestación en especie derivada de gasto público en sanidad y los 2.531 euros de la educación), un saldo neto positivo de 2.172 euros.

En conclusión, “la intervención pública en forma de impuestos, prestaciones monetarias y en especie reduce en un 38% la desigualdad en la distribución de la renta. Las prestaciones monetarias son responsables de un 70% de esa reducción, los impuestos, de un 8,5%, y las prestaciones en especie, del 21,5% restante”, resume el estudio. Como ejemplo, las rentas más altas, que perdieron en 2020 unos 77.300 euros, al pasar su renta inicial de 269.886 euros a los 192.583.

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