La prima de riesgo española, el diferencial entre el bono nacional a diez años y el alemán de referencia, ha continuado este viernes su senda bajista hasta cerrar en los 53,40 puntos básicos, ahondando en mínimos no vistos desde finales de 2009. La rentabilidad del bono a diez años ha concluido la jornada en el 3,232%, lo que refleja la creciente confianza de los mercados en la solvencia de la economía española, que ya logra financiarse en condiciones más favorables que Francia.
Este buen comportamiento de la deuda soberana española se produce en un contexto de noticias positivas. La pasada semana, las agencias de calificación Moody's y Fitch elevaron la nota de solvencia de España hasta 'A3' y 'A', respectivamente. Estas decisiones siguieron a la que ya había tomado dos semanas antes S&P Global Ratings, que mejoró el rating del país de 'A' a 'A+'. Estas revisiones al alza suponen un espaldarazo para la percepción de los inversores internacionales.
El optimismo de los mercados encuentra su fundamento, además, en el vigor de la economía. Las previsiones de crecimiento publicadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) auguran una expansión del Producto Interior Bruto (PIB) español del 2,6% para 2025, más del doble que la media de la eurozona (1,2%), y del 2% para 2026, una cifra que también duplicará el ritmo previsto para el conjunto de la moneda única.
A la mejora de la percepción sobre España se une la evolución de la propia deuda alemana, que sirve como referencia para medir el riesgo del resto de países. La rentabilidad del bund germano se situaba este viernes en el 2,698%, pero ha llegado a superar el 2,8% en algunos momentos del año. Este encarecimiento responde, en parte, a los planes de gasto en infraestructuras y defensa del Gobierno del canciller Friedrich Merz, lo que, al elevar el interés de su bono, contribuye mecánicamente a reducir el diferencial con el español.
La situación de España contrasta notablemente con la de otros grandes socios europeos. La inestabilidad política en Francia y las dudas de los mercados sobre la sostenibilidad de sus cuentas públicas han elevado el interés de su deuda a diez años hasta el 3,508%, disparando su prima de riesgo hasta los 81 puntos. De este modo, el Tesoro español se financia casi 28 puntos más barato que su homólogo francés. Italia, por su parte, presentaba una rentabilidad prácticamente idéntica a la gala, del 3,511%. Incluso Grecia, con un interés del 3,362%, se financia a un coste mayor que España.
Esta fotografía de los mercados de deuda supone un cambio de paradigma respecto a la situación vivida durante la crisis financiera de la pasada década, cuando España, junto a otros países del sur de Europa, sufrió la desconfianza de los inversores y vio cómo su prima de riesgo se disparaba por encima de los 600 puntos. La notable rebaja de los costes de financiación actuales supone un importante alivio para las arcas públicas, al reducir la factura de intereses de una elevada deuda pública y consolidar la posición de la economía española en la eurozona.

