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España tendrá que invertir entre 4.000 y 5.300 millones al año para atender el incremento de la demanda eléctrica hasta 2035

El informe, elaborado con el IIT, prevé un salto de la demanda de entre el 64% y el 105% en 2035 y advierte de que los límites de inversión del nuevo real decreto solo encajan con el escenario conservador.

Tendido eléctrico
Tendido eléctrico |Envato
Francisco Miralles
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La electrificación avanza más rápido que la red. Un estudio elaborado por EY en colaboración con el Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) estima que España deberá destinar, de media, entre 3.969 y 5.277 millones de euros anuales hasta 2035 para adaptar las redes a un fuerte incremento de la demanda electrica. La proyección sitúa la demanda en una horquilla de 306 a 361 TWh en 2030 y de 377 a 480 TWh en 2035. El propio documento advierte de que los límites de inversión que plantea el proyecto de real decreto presentado el 12 de septiembre solo serían compatibles con el escenario conservador y, además, hasta 2029.

Este salto de consumo eléctrico responde a tres grandes vectores. Por un lado, la electrificación de procesos industriales por debajo de 400 ºC, con un potencial de hasta 129 TWh en 2035. A ello se suman el despliegue de bombas de calor en el parque residencial y la movilidad eléctrica. El tercer bloque lo componen nuevos focos de demanda que son el hidrógeno verde, centros de datos y desaladoras que, en conjunto, podrían añadir hasta 170 TWh a mediados de la próxima década, según las extrapolaciones del informe.

Adaptarnos a la nueva demanda

"Estamos ante un cambio estructural en la forma de generar, distribuir y consumir energía que exigirá inversiones sostenidas y planificación territorial", señaló Antonio Hernández García, socio de Sectores Regulados, Análisis Económico y Sostenibilidad de EY. Marta Sánchez, socia responsable de Energía de EY España, subrayó que anticipar el potencial de demanda "permitirá a las distribuidoras adelantar las inversiones, mientras administraciones y reguladores adaptan normas y ayudas para atraer nueva industria".

El diagnóstico choca con la realidad actual de la red, sometida a saturación en diversos nudos. En el coloquio posterior a la presentación, el director general de la patronal de grandes consumidores AEGE, Pedro González, advirtió de una “burbuja” de solicitudes que no se traducen en proyectos: "Muchas cosas son solo papel". El directivo reclamó una asignación más eficiente de la conexión para evitar que inversiones industriales se frustren o se desplacen hacia tecnologías convencionales si la electrificación no obtiene acceso a tiempo.

La descarbonización

De forma paralela, la industria de nuevos usos reclama certidumbre. Alejandro Labanda, presidente de la plataforma España Verde y Conectada, pidió mantener el modelo retributivo, dar prioridad de conexión a la industria existente y articular mecanismos de reducción de costes para grandes consumidores (como plantas de hidrógeno o industrias intensivas) mediante ayudas públicas que aceleren su descarbonización. En cuanto a los centros de datos, los operadores señalan que los plazos españoles ( que están en torno a 5 años para implantar una instalación) requieren una regulación más ágil para no perder inversiones frente a mercados competidores.

El reparto de las inversiones que plantea el estudio sitúa el grueso en el crecimiento de la demanda, con picos hacia el final de la década. La digitalización y la reposición de activos muestran trayectorias más estables a lo largo del periodo. El reto, coinciden las fuentes del sector, que no es solo financiero, ya que exige planificación territorial (suelo eléctrico, refuerzos de media y baja tensión, nuevos nudos) y gobernanza de la capacidad para ordenar la prelación entre proyectos y usos.

La retribución de las redes emerge como variable crítica. En pleno pulso entre compañías, Gobierno y CNMC, el sector advierte de que una tasa insuficiente pondría en riesgo la ejecución de los planes. La patronal Aelec reclama elevarla, mientras el regulador ha propuesto un ajuste intermedio. El informe de EY enlaza esta discusión con la necesidad de marcos estables para asegurar el apetito inversor que demanda la transición.

La electrificación masiva es, además, una condición del PNIEC para cumplir los objetivos climáticos. El propio estudio sitúa el bloque industrial junto con el hidrógeno, los centros de datos y la movilidad como motores que concentrarán entre la mitad y algo más de la demanda en 2030. Pero convertir el potencial en consumo real depende de desbloquear el cuello de botella en acceso y conexión, y de acompasar normas, permisos y financiación.