Miles de empleos en Extremadura en peligro. Dinamarca, que ostenta la presidencia del Consejo de la Unión Europea, ha lanzado una propuesta fiscal de última hora que se cierne como una amenaza directa sobre el tejido productivo del norte de Extremadura. Copenhague, con el respaldo técnico de la Comisión Europea, ha planteado una revisión de la Directiva de Impuestos al Tabaco (TED) que incluye un gravamen extraordinario para el tabaco calentado, elevando la tasa mínima a 360 euros por kilogramo. La medida, diseñada en el norte de Europa, ignora la realidad agrícola del sur y pone en riesgo la viabilidad del cultivo de tabaco, uno de los productos estrella de la exportación agroalimentaria extremeña.
La alarma en el sector es máxima, pues hay que saber que Extremadura concentra el 98% del cultivo de tabaco en España además de liderar la producción en la Unión Europea. Para las comarcas de La Vera y Campo Arañuelo, donde unas 20.000 familias viven de esta planta, no se trata de un debate sanitario, sino de supervivencia económica. La hoja extremeña, reconocida por su calidad, había encontrado en los productos de tabaco calentado (que no combustionan, esto es muy importante) una salida comercial estratégica ante el retroceso del cigarrillo tradicional.
La cajetilla de tabaco costaría 1,80 euros más
El “plan danés” pretende gravar este producto por peso en lugar de por unidad, lo que dispararía la carga fiscal y encarecería la cajetilla en torno a 1,80 euros. La industria advierte de que este sobrecoste artificial hundiría la demanda de tabaco calentado en Europa, arrastrando consigo a las exportaciones extremeñas.
El tabaco no es un cultivo más en la región; es un motor de comercio exterior que, en términos de valor, supera en exportaciones a otros productos emblemáticos como el aceite de oliva envasado en estas comarcas. En 2024, el 74% de la producción extremeña se vendió fuera de España, facturando cerca de 80 millones de euros. Su rentabilidad social es insustituible, pues el tabaco genera unos 14.000 euros por hectárea, frente a los 1.000 euros del olivar, lo que lo convierte en la herramienta más eficaz contra la despoblación en la zona.
Fuentes diplomáticas citadas por el medio especializado EU Reporter denuncian que la propuesta danesa ha sido redactada al dictado de organizaciones no gubernamentales como Smoke-Free Europe, desoyendo las peticiones de los Estados miembros que solicitaban evaluaciones de impacto económico. “Las tasas parecen copiadas directamente de las recomendaciones de las ONG en lugar de surgir del consenso”, critican estas fuentes.
El texto de compromiso, circulado el pasado 28 de noviembre, irrita la brecha entre el norte y el sur de Europa. Mientras Dinamarca impone su visión restrictiva, los países productores del sur ven cómo se legisla contra su agricultura y su industria. Además, el sector alerta de que una subida tan agresiva (más del doble de los 155 euros/kg previstos inicialmente) solo servirá para alimentar el contrabando, repitiendo el esquema fallido de Francia, donde el mercado ilícito ya copa el 40% del consumo.
La batalla se traslada ahora al Consejo de la UE, donde España deberá defender los intereses de sus agricultores frente a un expediente que amenaza con desmantelar el cultivo más social de Extremadura.

