El Consejo de Ministros dio luz verde el 9 de septiembre al anteproyecto a la nueva ley del tabaco que amplía los espacios sin humo (incluidas las terrazas de bares y restaurantes, playas, recintos deportivos, marquesinas y vehículos de uso laboral) y equipara cigarrillos tradicionales y electrónicos en restricciones de consumo, publicidad y venta. No solo eso, sino que además, en el trámite parlamentario, el Ministerio de Sanidad liderado por la ministra Mónica García prevé recuperar el empaquetado neutro, inicialmente excluido por desacuerdos internos, mediante enmienda, según avanzó el propio departamento. La norma deberá superar la mayoría en el Congreso y podría experimentar cambios sustanciales en su tramitación. A pesar de decir la ministra que existe un consenso total, la realidad es otra, pues muchos sectores no están conforme con las medidas, tachándola de “desproporcionada”.
Las reacciones no han parado de sucederse y si bien todos están de acuerdo es que fumar es malo, lo que se critica no es el fin, sino las medidas aplicadas sin consentimiento. Así, Hostelería de España tilda la propuesta de “desproporcionada” y advierte de su impacto en empleo, competitividad turística y experiencia del cliente. Para apoyar este argumento, la patronal remite a un sondeo de 40dB en el que siete de cada diez ciudadanos ven más eficaz la concienciación que la prohibición directa, y más de la mitad no considera urgente vetar el tabaco en terrazas.
El sector insiste en que países de referencia han optado por excluir expresamente las terrazas. Francia, cuya nueva ley estatal entró en vigor este verano para playas, parques, marquesinas y entornos escolares, dejó fuera las terrazas de cafeterías y restaurantes.
Sobre esto debemos de tener en cuenta que España es un país que vive del turismo y en 2024, España recibió 93,8 millones de visitantes, máximo histórico; solo en julio de 2025 llegaron 11,0 millones. Por eso, la hostelería teme que la prohibición genere confusión entre viajeros (especialmente británicos) y deteriore la imagen del destino frente a mercados competidores.
La patronal explica que las terrazas son “un espacio clave para la vida social y económica”, y alerta de conflictos de convivencia si el consumo se desplaza a las inmediaciones o a domicilios privados (donde la ventilación es peor), además de la carga añadida para el personal al asumir funciones de vigilancia. Reclaman diálogo y un enfoque de reducción de daño con campañas de sensibilización y control efectivo de venta a menores. (Declaraciones y argumentos resumidos de Hostelería de España y testimonios sectoriales.)
Estancos y el 99% de la agricultura del tabaco amenazada
La Unión de Asociaciones de Estanqueros rechaza la equiparación de los productos de combustión con las alternativas sin combustión, como los vapeadores o el tabaco calentado. A su juicio, esa homogenización pasa por alto la evidencia disponible sobre reducción de riesgos relativa y desincentiva que fumadores adultos migren a opciones potencialmente menos nocivas. La patronal insiste en que el debate debería centrarse en proteger a los menores y en ordenar los puntos de venta, no en “meter todo en el mismo saco” y trasladar un mensaje público confuso.
En paralelo, los estanqueros piden que la comercialización de estos dispositivos se limite a estancos y tiendas especializadas, con trazabilidad y verificación de edad en cada compra. Argumentan que la venta indiscriminada en bazares o comercios no especializados dificulta el control y alimenta un mercado opaco que puede acabar en manos de menores. El sector defiende que los estancos ya operan bajo un régimen concesional y de inspección que permitiría reforzar campañas de información, seguimiento de incidencias y retirada rápida de productos no conformes.
Por su parte, Sanidad aspira a introducir el empaquetado neutro durante la tramitación parlamentaria: cajetillas sin logotipos ni elementos de marca, tipografía estandarizada y advertencias sanitarias predominantes. El ministerio sostiene que se trata de una medida con base científica que reduce el atractivo del producto, retrasa la edad de inicio y favorece el abandono. Los estanqueros replican que, sin diferenciar entre combustión y no combustión ni ordenar bien los canales de venta, el empaquetado neutro puede empujar al consumidor hacia un mercado ilegal y restar incentivos a la innovación orientada a la reducción de daños.
Sin irnos muy lejos, la Mesa del Tabaco (que es la que integra a cultivadores, estanqueros, fabricantes y distribuidores) defiende que España ya cuenta con una regulación avanzada y pide no frenar la innovación en productos de menor riesgo. De hecho, en Extremadura, donde se concentra en torno al 98–99% del cultivo nacional, el sector recuerda su papel como pilar socioeconómico rural y advierte de efectos indirectos de la norma (caída de demanda y traslados de compra a terceros países). Autoridades locales y autonómicas reclaman que el Gobierno escuche al territorio para equilibrar salud pública y empleo.
Desde los camioneros hasta las aerolíneas
Como sabemos, la ley prohíbe fumar y vapear en vehículos de uso laboral, incluidas cabinas de camiones y furgonetas, con independencia de que el conductor viaje solo. Asociaciones como CETM y Fenadismer tachan la medida de “desproporcionada” y “discriminatoria” frente a los particulares, y alertan de estrés adicional en rutas de larga distancia.
Pero no solo al transporte terrestre, pues operadores y analistas del sector turístico anticipan para 2026 una normalización a la baja de la demanda desde Alemania y Reino Unido por factores macro y de competencia de destinos; la hostelería teme que un marco más restrictivo en espacios abiertos sume presión a esa tendencia.
El “efecto terraza” en el turismo
La nueva ley antitabaco ha sobrepasado nuestras fronteras, llegando a medios de comunicación de todo el mundo. El medio Euronews señala que la prohibición en terrazas y playas podría alterar hábitos arraigados entre turistas británicos (primer mercado emisor) y condicionar la elección de destino frente a Portugal u otros competidores. En este sentido, la ministra Mónica García defiende que primará la salud pública.
Ante este escenario y por lo pronto, hasta el próximo martes 30 de septiembre, cualquier ciudadano puede enviar sus observaciones al Ministerio de Sanidad sobre el anteproyecto de la nueva ley del tabaco (se puede hacer a través de este enlace), que propone prohibir fumar y vapear en espacios de ocio al aire libre y laborales y la equiparación de los productos sin combustión al cigarrillo convencional

