Caixabank comenzará a regular las primeras salidas de sus trabajadores por el expediente de regulación de empleo (ERE) a partir del próximo mes de noviembre. El banco catalán ha recibido un total de 8.246 solicitudes de trabajadores que desean salir de la entidad bancaria de manera voluntaria con las condiciones que se fijaron tras la fusión con Bankia.
Es importante destacar que se han presentado casi 1.800 solicitudes más del número de salidas que se habían previsto inicialmente, ya que dicha salida estaba pactada para 6.452 empleados. Por lo tanto, desde la entidad bancaria se ha notificado que no va a haber más salidas que las que ya se habían pactado anteriormente. Pese a eso, durante este mes de agosto aseguran que “se estudiará cada solicitud y comunicarían la resolución de la misma antes del 20 de septiembre”.
Cierre de oficinas en pequeñas localidades
Según apuntan desde Caixabank, será a partir de octubre y hasta el mes de diciembre cuando tenga lugar el cierre de las oficinas que están situadas en las localidades pequeñas y las que forman parte de la red rural. Esto significará que los servicios centrales y parte de la red de oficinas estarán dentro de la primera oleada de salidas de trabajadores de la empresa. Serán un total de 1.534 oficinas las que se clausuren durante 2021 y el próximo año 2022.
Una demanda mayor a lo establecido inicialmente
Tal y como ha explicado el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, las solicitudes que se habían presentado estaban “muy por encima” del cupo que se había pactado. Añadiendo, además, que “la sobredemanda que hemos vivido es una señal de que las condiciones ofrecidas son atractivas y responsables”.
Por otro lado, también ha querido hacer hincapié en las adhesiones que se habían solicitado, asegurando que “no habían sido un éxito”. Esto es debido a que en la mayoría de provincias se han presentado menos solicitudes que plazas para salir.
Críticas del Gobierno ante el ERE más grande del sistema financiero español
Tras la fusión de Caixabank y Bankia, la entidad catalana se introdujo en un ERE, siendo el más grande del sistema financiero español, costando al banco 1.884 millones de euros. A raíz de su entrada en el expediente de regulación de empleo, Caixabank sufrió diferentes críticas a lo largo de los últimos meses por parte del Gobierno de España. Sobre estas críticas también se pronunciaron desde la entidad, asegurando que “era una reestructuración necesaria tras la fusión”. Añadiendo que, otra de las razones era la transformación del sector, afectado por la caída de los tipos de interés y el avance de la digitalización.
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