La UE (Unión Europea) ha completado durante el jueves el procedimiento por el que tendrá listas las represalias sobre 93.000 millones de euros en compras a Estados Unidos (EEUU) con las que dar respuesta al presidente Donald Trump en caso de que decida no frenar la guerra de los aranceles. En caso de que no se consiga un acuerdo a última hora, Bruselas dará luz verde el día 7 de agosto a la primera tanda de aranceles a aplicar sobre los productos americanos.
La cifra que se baraja, de 93.000 millones de euros, supone un récord en la historia europea aunque ya han anunciado que el grueso de la respuesta se prepara para el mes de otoño y enero de 2026 según cómo evolucionen las negociaciones. Ya se están viendo los primeros resultados de esta política arancelaria de Trump ya que el BCE (Banco Central Europeo) pisa el freno con la bajada de recortes en los tipos dejándolos en el 2%.
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Ya hay fecha, y está fijada para la primera semana del mes de agosto. Será en este momento cuando entrarán en vigor los primeros gravámenes para responder al cargo del 50% que la Casa Blanca está imponiendo al acero y al aluminio de Europa. A esto hay que sumar las nuevas tandas de impuestos que se aplicarán en el mes de septiembre y en enero de 2026 en el caso de que el presidente de Estados Unidos no dé marcha atrás.
Afectados productos americanos por valor de 72.000 millones de euros
La Comisión Europea (CE) ha identificado los productos procedentes de EEUU que podrían verse afectados y estos tienen un valor de hasta 72.000 millones de euros. Entre ellos, los automóviles y sus piezas, uno de los sectores más sensibles.
Este paquete de represalias ya es oficial porque ha salido publicado en el reglamento de ejecución que aparece en el Diario Oficial de la UE. Bruselas, hay que señalar, que actúa en nombre de los países que componen los llamados Veintisiete y ellos han participado en esta lista que ha sido seleccionada de forma “objetiva” y “proporcional”.
Se han quedado fuera bienes e los que la UE depende para su suministro y hay exenciones en los casos de que sea material humanitario o sanitario. Pero desde la CE han evitado revelar (de momento) el impacto real que supondrá para los consumidores europeos y cuántas empresas están afectadas si sigue adelante la guerra arancelaria.
Un país se ha desmarcado de las represalias a Estados Unidos
Fuentes europeas han confirmado a Europa Press que de la delegación de los Veintisiete sólo una delegación de la que no se conoce el nombre, se ha quedado fuera del paquete de represalias en la votación del jueves. El debate ha señalado que, en estos momentos, el clima es de preocupación por el coste político y económico de comenzar una guerra comercial a gran escala.
Para la economía española, concretamente en el sector del automóvil y de las exportaciones agrícolas, el problema es evidente. Porque aunque la comisión ha señalado que los exportadores europeos no dependen únicamente de Estados Unidos, sí preocupa esta subida de impuestos porque podría derivar en un encarecimiento de sus productos y les dejaría con una baja competitividad.
Este choque marca un máximo en la tensión comercial tras años de amenazas. Si hay acuerdo antes de agosto, la UE y EEUU estarán atrapados en una espiral de sanciones que podría encarecer los productos a los ciudadanos. Además, influiría en miles de empleos y alzaría la inflación en pleno mes de agosto.