Varios jubilados mayores de 80 años hablan claro: “Me pusieron a trabajar con 9 años en una fábrica, imagínate. Desde entonces todo fue esfuerzo y trabajo duro”

Entre sacrificios, renuncias y consejos a los jóvenes, estos jubilados relatan los errores que más le pesan con la edad.

Varios jubilados mayores de 80 años hablan claro: “Me pusieron a trabajar con 9 años en una fábrica, imagínate. Desde entonces todo fue esfuerzo y trabajo duro” |Royki | YouTube
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La vejez y la jubilación trae consigo una perspectiva única, ya que es la experiencia acumulada de toda una vida. Esa mirada retrospectiva suele ir acompañada de arrepentimientos, aprendizajes y advertencias para las nuevas generaciones, es decir, los más jóvenes. Así lo demuestra uno de los vídeos subidos al canal de Royki, que cuenta con más de 695.000 suscriptores en YouTube y quien entrevistó a varios jubilados mayores de 80 años para preguntarles por sus mayores errores y los consejos que darían a los jóvenes.

En cada testimonio aparece un patrón que es común y es, que esos jubilados se arrepienten de no haber aprovechado más el tiempo en aquello que deseaban, ya sea viajar, estudiar o dedicarse a una pasión personal. “Me hubiera gustado hacer Derecho, pero mis padres no tenían medios económicos y tuve que conformarme con Magisterio”, confiesa una mujer. Otro jubilado lo resume con sencillez: “De no haber viajado más, de eso me arrepiento”.

“Sí, volvería a tener 30 años”

La mayoría de los participantes reconocen que, si pudieran, regresarían a su juventud para tomar decisiones diferentes. “Me gustaría volver a tener 30 años y repetirlo todo otra vez”, asegura una entrevistada. Otros, sin embargo, admiten que repetirían su vida tal cual, aun con los errores cometidos.

Entre las confesiones más duras aparece también el peso de la soledad. “Te encuentras sola porque los hijos se casan, el marido se muere y así es la vida”, relata una mujer que se arrepiente de haber quedado sin compañía en sus últimos años.

Una vida marcada por el sacrificio

El denominador común de todos los relatos es el esfuerzo. Muchos comenzaron a trabajar siendo apenas unos niños. “A mí me pusieron a trabajar con 9 años en una fábrica”, recuerda uno de los entrevistados. Otros tuvieron que renunciar a estudios superiores o proyectos personales para sostener a sus familias.

Las adversidades familiares también marcaron caminos. “Mi padre murió en un accidente cuando yo tenía 17 meses, y mi madre quedó paralizada a los 61. Tuve que dejar el trabajo tras 27 años para cuidarla. No me casé por no dejarla sola”, relata una mujer, dejando ver cómo las responsabilidades truncaron su vida personal.

Consejos a los jóvenes: esfuerzo, estudio y respeto

Pese a los lamentos, todos coinciden en lanzar un mensaje a las nuevas generaciones. Sus consejos giran en torno a tres ejes, que son valorar el tiempo, luchar por lo que se quiere y no dejarse llevar por atajos fáciles. “No esperéis que las peras caigan de la higuera. Hay que esforzarse, trabajar o estudiar, pero siempre con empeño”, señala un jubilado.

El respeto a los mayores es otro de los puntos que destacan: “Uno de los consejos que daría yo para la juventud es que respetaran a la gente mayor, porque vosotros sois el futuro de este país”.

También insisten en la importancia de la educación: “Estudiar, estudiar, estudiar. Es lo que siempre digo a mis nietos, porque sin educación no somos nadie”. Otros recomiendan no dejarse atrapar por las drogas ni las distracciones fáciles: “Nada de sofá ni Netflix, hay que vivir y luchar por lo que uno quiere”.

La vida como lección

En sus palabras, los jubilados expresan tanto la nostalgia de lo que no fue como la gratitud por lo vivido. Entre guerras, sacrificios y pérdidas, todos coinciden en un mismo mensaje: la vida es corta y hay que aprovecharla antes de que sea tarde.

“Si solo valoras lo grande, lo pequeño se te va”, resume uno de ellos. Otro lo matiza con un deseo simple: “Disfrutad de la vida en lo sano, en lo pequeño, en lo cotidiano. Porque la vida pasa volando”.

El vídeo de Royki se convierte así en un retrato de sabiduría intergeneracional, donde los errores y aciertos de quienes ya recorrieron gran parte del camino sirven como espejo para quienes todavía están a tiempo de decidir cómo quieren vivir.

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