La edad y los años, si hay algo que nos enseña es experiencia, y es precisamente esa experiencia la que con el paso del tiempo nos enseña a no equivocarnos. Un estudio de Harvard realizado por el Robert Waldinger, muestra que las mujeres lamentan no haber vivido una vida más auténtica, por estar demasiado pendientes de la opinión ajena; los hombres, en cambio, lamentan haber trabajado demasiado y no haber dedicado suficiente tiempo a su familia. Otros, se arrepienten no haber mostrado sus sentimientos con libertad, pues en aquella época el llorar era motivo de debilidad.
En Torrevieja, el creador de contenidos Jaime Gumiel ha querido dar voz a varios de jubilados de más de 80 años. Sus historias muestran cuáles han sido sus mayores errores a lo largo de su vida y como lo han tenido que sobrellevar.
“Me arrepiento de haberles dado mis propiedades a mis hijas antes de tiempo. Vendieron lo que yo quería muchísimo por dinero”, lamenta una jubilada de 87 años, marcada por esa decisión. Otro entrevistado lo resume con frialdad: “De haberme casado, de eso me arrepiento”.
“Sí, volvería a tener 25 años”
“Muchas mujeres de más de 80 años se arrepienten de no haberse cuidado más a sí mismas”, explica el narrador. En cambio, los hombres señalan otro punto débil: “Trabajamos demasiado y pasamos poco tiempo con la familia”, confiesa uno. Otros añaden: “Me arrepiento de no haber sido más abierto emocionalmente. Antes llorar era un signo de debilidad”.
La pregunta sobre si desearían regresar a la juventud genera unanimidad: la mayoría volvería atrás. “Sí, por supuesto, volvería a tener los 25 para volver a estar hasta los 80 otra vez perfectamente”, asegura un jubilado. Otro insiste: “Con lo que sé hoy, volvería sin dudarlo. La vida me enseñó que nadie es más que nadie, todos somos iguales”.
También hay quien lo expresa con nostalgia: “Me encantaría volver a los 30 y tener otra vez a mi madre y a mi padre”.
Una vida marcada por el esfuerzo
El sacrificio aparece como denominador común. “Con 9 años ya me llevaron al campo, casi no fui al colegio”, recuerda un hombre. Otro relata el inicio de su vida en pareja: “Salimos mi mujer y yo de casa con una bolsa de plástico, sin nada, y todo lo logramos a base de trabajo y sacrificio”.
El cansancio físico también pesa con los años: “A esta edad unos días puedo andar, otros no. Solo quiero vivir lo que me quede tranquilito”, admite una entrevistada. Sin embargo, no falta quien encara la vejez con optimismo: “Tengo 67 y me siento joven, activo, cada día que los cumplo me siento agradecido”.
Consejos para los jóvenes: valora el tiempo y no te dejes llevar por las prisas
Pese a los lamentos, los jubilados lanzan mensajes de esperanza y advertencia a las nuevas generaciones. “Disfruten de la vida lo que puedan, lo mejor posible”, recomienda uno. Otro añade: “Que tengan cuidado, que luchen por lo suyo. Cuando veas lo que cuesta algo, lo valoras. Si te lo dan, no”.
Las comparaciones entre épocas también son frecuentes. “Antes con nada nos lo pasábamos bien. Hoy los jóvenes lo tienen todo y, aun así, muchos no son felices”, lamenta una madre al observar la tristeza de su hijo.
El vídeo concluye con una reflexión que sintetiza la sabiduría de la experiencia: la vida es un regalo que no debe darse por sentado.
“Lo que tienes ahora, la energía de tu cuerpo, el latido de tu corazón, las posibilidades que esperan en cada amanecer, es el sueño de alguien que ya no puede tenerlo”, narra Gumiel. Entre lamentos y sonrisas, los mayores dejan claro un mensaje: no esperes a arrepentirte para valorar lo que hoy está a tu alcance.