El anuncio del sorteo de la Lotería de Navidad, que como cada año se celebrará el 22 de diciembre, es uno de los momentos más esperados, antesala de las fiestas. Miles de personas ya guardan el décimo para este Sorteo Extraordinario de Navidad y esperan que los niños de San Ildefonso canten el Gordo o alguno de los premios, incluso la pedrea. Es un buen momento para llamar a la suerte que se ha vestido de gala esta mañana en la Casa de la Moneda de Madrid.
El acto comenzó con un mensaje del presidente de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado, Jesús Huerta, que señaló que se repartirán 2.772 millones de euros en premios, con un Gordo que repartirá cuatro millones de euros a la serie. El décimo “entra en los bolsillos, en cada familia, en las mesitas de noche… y está ilustrado con uno de los cuadros del Museo del Prado, y este año es la Natividad de la Virgen de Juan García de Miranda”.
La campaña del sorteo de Navidad es el comienzo de estas fechas “para muchos ciudadanos”, más allá del alumbrado. “Los ciudadanos esperan el momento del sorteo y para nosotros es de enorme emoción y responsabilidad y tenemos la necesidad de hacerlo respetando los valores de nuestra organización”.
Un cuento de Navidad donde “suceden los imposibles”
El anuncio de la Lotería de Navidad es un cuento en el que “se resalta la magia y las cosas más importantes”. Para Huerta, “es una responsabilidad pública plasmar los valores de todos, y lo hemos hecho con una gran metáfora inspirada del espíritu navideño con forma de cuento".
Una pareja compra en un mercadillo de antigüedades un décimo de lotería de Navidad y descubre que hace 30 años ese número se llevó un quinto premio. La mujer se dedica a investigar quién fue el que compró el décimo y por qué lo enmarcó.
Lo lleva al trabajo, lo enseña y le explica a su novio paso a paso cada movimiento, interrumpiendo algunas de sus reuniones importantes. Se obsesiona con encontrar al propietario inicial “es como tener un mensaje en la botella, pero sin el mensaje”.
Deciden volver al mercado y le insisten, “es importante que sepamos de dónde salió el décimo”. Acuden luego a pedir más información que no le quieren dar al ser confidencial. Pero “es Navidad”. Llegan a una casa, donde entregan el cuadro a un anciano que abre el marco y entrega a us hijo una nota. “Felicidades, vas a ser abuelo”.
El mensaje llega al final, cuando con una mirada llena de ternura, el abuelo explica a su nieto dónde se encuentra lo verdaderamente importante. Y no, no está en el dinero.