En pleno verano, cuando la demanda de hielo se dispara en hoteles, restaurantes y comercios, el negocio de su fabricación puede suponer una de las actividades más lucrativas de la economía en la temporada estival.
La estacionalidad del turismo y el clima convierten a empresas como ‘Cubito Veloz’ en actores clave. La fábrica, situada en la isla de Mallorca, lidera la producción de cubitos de hielo en la región y sirve de ejemplo de cómo un producto aparentemente sencillo puede sustentar un negocio muy rentable.
La empresa, fundada hace décadas, ha invertido cerca de 50.000 euros en instalaciones y maquinaria. Su actividad se apoya en una red logística propia, con 15 vehículos que distribuyen el hielo, y cuyo coste de cada uno de estos camiones oscila entre los 60.000 y los 250.000 euros, según detalla Loreto Sánchez, dueño y fundador de ‘Cubito Veloz’ durante una entrevista para el canal del Youtuber Adrián G. Martín.
¿Es rentable una fábrica de hielo?
El coste de producción de una bolsa estándar de hielo, que podría ser una de las unidades más demandadas en los supermercados y en la hostelería, se sitúa en torno a 40 céntimos cuando se incluyen los gastos indirectos, como la energía y el envase. Mientras que la rentabilidad “ronda el 50% sobre el precio de venta”, explica Loreto. De hecho, explica que julio ha sido su mejor mes, alcanzando las “4 millones de bolsas de hielo vendidas”.
Un margen de beneficio elevado, algo poco usual en la industria alimentaria, pero que responde a la fuerte demanda en los meses de verano, aunque también hay que tener en cuenta “el tema de la distribución”, según advierte el dueño de la fábrica.
Cuánto necesita producir para que sea rentable
Así, Loreto asegura que necesitan vender y producir “unos 20 palets para llegar al umbral de cubrir costes”. Añade que, “a partir de ahí, vas haciendo beneficio”. Sin embargo, a esto, se suma el encarecimiento del envase, que es un 50% más caro en los últimos años, y el nuevo impuesto estatal de 0,45 euros por kilo de plástico.
Un tributo destinado a desincentivar el uso de envases de un solo uso que ha incrementado considerablemente los costes de las empresas del sector y que también ha afectado al precio final del consumidor. Así, el precio de la bolsa de hielo que paga el cliente en un supermercado “ha pasado de 60 o 70 céntimos a situarse entre 80 céntimos y un euro”, apunta Loreto.
Cuánto gasta la fábrica en electricidad
Uno de los principales retos de este negocio es, sin duda, la factura energética. La compañía reconoce que gastan gigavatios y que, durante el verano, el recibo de la luz asciende hasta “50.000 euros al mes, una cifra que baja a unos 15.000 o 20.000 euros en invierno”, según apunta Loreto. Esto es, según se rotula en el vídeo de la entrevista, la equivalencia de un gigavatio a tener encendidos más de 300.000 congeladores domésticos a la vez.
Pero para garantizar la producción, la empresa cuenta con línea eléctrica propia y generadores auxiliares, lo que le ha permitido sortear sin interrupciones los picos de mayor consumo.
Loreto subraya que la clave de su supervivencia en este negocio reside en la reinversión continua de los beneficios y en la optimización de procesos logísticos. “Si tienes un beneficio, lo reinviertes”, concluye.