Las franquicias españolas plantan batalla a Carrefour. La multinacional francesa, líder en el sector de la distribución, se enfrenta a una demanda colectiva de más de 30 franquicias que operan bajo su marca en España. Los franquiciados le acusan de incumplir los contratos que firmaron con la empresa y de imponerles condiciones abusivas que les perjudican frente a la competencia, según han declarado a 'The Objetive'.
Según los demandantes, Carrefour les obliga a comprar productos a precios más altos que los que ofrece en sus propios establecimientos, lo que les impide ofrecer ofertas atractivas a los clientes. Además, les cobra comisiones excesivas por servicios que no prestan, como el transporte, el almacenamiento o la publicidad.
Por si fuera poco, les impide cambiar de proveedor o de marca, lo que les resta autonomía y capacidad de adaptación al mercado. Los franquiciados aseguran que estas prácticas les han generado pérdidas millonarias y han puesto en riesgo la viabilidad de sus negocios, algunos de los cuales han tenido que cerrar o despedir a sus trabajadores.
“Una estafa en toda regla”
La demanda se presentó el pasado mes de septiembre ante el Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid y se espera que el juicio se celebre a principios del próximo año. Los demandantes solicitan una indemnización por daños y perjuicios y la resolución de los contratos con Carrefour, que etiquetan de “estafa en toda regla” después de que el 80% de ellas no haya cumplido las previsiones, en declaraciones a ‘The Objective’, que señala que “los afectados se encuentran tan endeudados que no pueden asumir los gastos”.
“Continúo adelante a base de préstamos. También debo mucho dinero a mi familia. La situación me ha generado una cardiopatía”, señala uno de los entrevistados, cuyo plan de negocio no le ha dado los dos millones de euros prometidos. “La culpa siempre es del franquiciado. Carrefour hace informes constantes sobre el mal funcionamiento del local. Cuando hablas con otros afectados te das cuenta de que te han engañado”, continúa explicando.
“Las condiciones son inasumibles”, añade, para evidenciar algo de esperanza con la creación de la plataforma. En grupo sí hay más posibilidades de luchar judicialmente. Algunos han tenido que mudarse para evitar la ruina, otros, cómo se archivaba el caso por falta de pruebas. Por no hablar de los que incluso han tenido que pagar hasta 500.000 euros de indemnización por incumplir alguna cláusula del contrato.
“¿Cómo es posible que ellos ganen y yo no?”, se pregunta otro franquiciado. “Son una banda organizada. Su plan de negocio, en el mejor de los casos, funciona el 20% de las ocasiones. Luego hay otro porcentaje, en torno al 40%, que ganan una pequeña cantidad de dinero, pero no es suficiente. El resto, pierde. “Los contratos de franquicias son abusivos. Vamos a luchar porque los responsables subsidiarios de las pérdidas sean ellos. El personal no tiene culpa de nada y cuando los locales cierran se quedan en el limbo, no cobran y tienen que acudir al Fogasa (Fondo de Garantía Salarial), por lo que pagan todos los españoles”, se queja. El próximo capítulo de la contienda parece inminente.
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