El Banco de España pide leer la letra pequeña de los bancos a la hora pedir financiación

La inflación y la pérdida de poder adquisitivo provoca el aumento de solicitudes de financiación como alternativa a los sobrecostes, que aprovechan los bancos. Cuidado con las condiciones.

Consejos del Banco de España sobre la letra pequeña Istock
Javier Martín

El aumento de las solicitudes de financiación incrementa también el riesgo aparejado de no cumplir con las condiciones estipuladas y de carácter obligatorio en ese contrato. Lo avisa el Banco de España (BdE), alertando que puede suponer que ese contratiempo económico que parecía solucionado acabe dando lugar a otro de mayores dimensiones.

Un ejemplo ficticio, que representa a muchos, puede ser Juan, que ha visto cómo su sueldo de 1.300 euros no llega para acometer gastos básicos como la vivienda, que suele acaparar de media el 30% del salario, el seguro del coche, además de un gasto imprevisto de considerable cuantía, por lo que se ve en la necesidad de solicitar un microcrédito para acometer todos esos pagos que con la inflación y su consecuente pérdida de poder adquisitivo le es más difícil pagar.

Consiguió solventar la situación, aunque temporalmente. Poco después fue consciente que en la letra pequeña del contrato de ese producto de esa oferta publicitaria de la entidad bancaria se especificaban tipos de interés del 4%, por lo que debía pagar un alto coste para que le prestasen ese dinero. Una decisión, que, al fin y al cabo, acabó resultando netamente más perjudicial que beneficiosa. O, mejor dicho, no tan favorable a largo plazo, como avisa el Banco de España.

Financiarse correctamente

El organismo presidido por Pablo Hernández de Cos, en uno de sus recurrentes consejos en materia económica y financiera para la ciudadanía, ha elaborado una suerte de manual para actuar de forma inteligente ante la letra pequeña de los contratos, habitualmente traicionera. Así, indica que habrá que seguir los siguientes pasos siempre y cuando se pretenda contratar un producto bancario o financiero, que deben pasar siempre por el sistema de control del BdE.

  • Conocer a fondo el producto: aquí hay que tener claro el importe, el plazo, el tipo de interés, las comisiones y otros gastos que pueda llevar asociado el producto.
  • Identificar los intereses: conocer la TAE, que servirá para comparar ofertas con iguales o distintas características.
  • Saber con qué entidad se trata. Conocer la imagen de marca que proyecta esa entidad.
  • Tener claro la duración de esa campaña publicitario o de la duración específica de esa oferta, si se tratase así.
  • Conocer la vigencia de los términos. En otras palabras, ser plenamente consciente de las condiciones especiales que la entidad puede requerir para contratar el producto. Es aconsejable solicitar los servicios de  una sensor financiero.

Además, como requisitos, cita algunos como ser cliente de ese banco, algo que permitirá que se tenga acceso a mejores condiciones de financiación. La edad o tener domiciliada la nómina o algún recibo también entran en juego en este sentido. Aunque otro aspecto al que hay que prestar especial atención, según el BdE, es vigilar que no conlleve asociado la contratación de algún producto financiero asociado.

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