Banco Sabadell ha anunciado este lunes a los representantes legales de los más de 14.640 trabajadores que forman parte de la empresa la puesta en marcha de otro Expediente de Regulación de Empleo (ERE) inminente tras el llevado a cabo el pasado mes de diciembre que se llevó por delante al 11% de la plantilla en España: unos 1.800 empleados que no serán los únicos.
Acorde a la hoja de ruta trazada por el grupo financiero en mayo para dar una vuelta de tuerca a la eficiencia económica de la empresa, el objetivo fijado es el de ahorrar unos 100 millones de euros en un año y medio, que se unirán a los 140 atesorados con el ERE de hace seis meses aproximadamente.
Para conseguir tal cifra con tal de adaptarse a la nueva realidad laboral bancaria tras la fallida fusión con BBVA, y como se concretará más detalladamente el próximo 2 de septiembre en la reunión oficialista fijada con los sindicatos en el que se pondrá sobre la mesa un tanteo de los potencialmente afectados, los expertos económicos apuntan a una horquilla de entre 1.200 / 1.300 trabajadores en la diana. Sin embargo, se espera no tener que recurrir al despido masivo.
Despidos irremediables
La inmensa mayoría, si no todos, de los 1.800 afectados por el ERE de Banco Sabadell acabaron resultando prejubilaciones, sobre todo de aquellos con mayor nómina. Consecuentemente, se antoja inevitable que no haya despidos. De esta forma, el plan de la entidad financiera que tiene a Josep Oliu como presidente y a César González-Bueno al mando pasa porque estos sean la mayor parte voluntarios.
Además se tratará, en la medida en que sea lo menos traumático posible, de volver a encauzarlo por la vía de las prejubilaciones o la de las recolocaciones. Ante esto, hay previsto un plan de encauzamiento social y laboral “por encima de los estándares del mercado” con otras empresas para aquellos que puedan optar por este método.
Portazo de los sindicatos
A la reforma, que abarca tanto a los empleados del Sistema Central de Operaciones como al amenazado de extinción -más aún tras la pandemia- de la telaraña de sucursales a lo largo de la geografía española, se han opuesto frontalmente los sindicatos, en especial CCOO.
"No hay razones para plantear un ERE", afirman desde la comisión, basándose en dos por qués. El primero de ellos, las más de 200 nuevas contrataciones en lo que llevamos de año, que evidencian que se necesita personal. En sus palabras, más aún viniendo de otro reciente ERE, no tiene tampoco justificación por causas económicas (se anunció un 51% más de beneficios), técnicas, productivas (aumenta la demanda de productos y servicios financieros) u organizativas. Por tanto, y teniendo en cuenta las "actualmente 2.000 personas mayores de 55 años" empleadas en el banco, su solución se orienta a las prejubilaciones anticipadas y las jubilaciones voluntarias.
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