
Todos, en algún momento dado, nos vemos obligados a usar un baño público. Cuando viajamos, salimos a comer fuera, en el cine… No hay escapatoria. Y no es ningún secreto de que son lugares cargados de bacterias. Por eso, una biotecnóloga y divulgadora científica, Laura Almagro, ha querido dar una serie de consejos que ella misma sigue cuando utiliza un baño público.
Lo más básico, si cuando entras hay varios, es cómo elegir en cuál entrar: “Siempre me decanto por aquel que tenga la tapa bajada porque es más probable que esté recién limpio, ya que hay muy pocas personas que bajen la tapa”, explica en un vídeo de su TikTok (@diariodeunacientifica). Teniendo ya el elegido, toca pasar a la acción, explicando Almagro que no limpia la taza del váter con papel, como se suele hacer, sino que usa una toallita hidroalcohólica o papel con gel hidroalcohólico que lleva siempre en el bolso.
Lo tercero que realiza, y muy desconocido, tiene que ver con el papel con el que nos limpiamos: “no utilizo el primer trozo de papel que está expuesto a todas las bacterias de todas las personas que han pasado por ahí. Siempre descarto los primeros trozos y utilizo aquellos que ya están dentro del dispensador. De esta forma intento reducir la probabilidad de contagiarme”.
Seguidamente, cuando acaba siempre cierra la tapa, “para evitar que salgan microgotas cuando tiro de la cadena”. Para ello, usa siempre un papel porque no le gusta tocar “nada que tenga que ver con el váter con la mano”. Por último, como cualquiera podría esperar (y hay que hacerlo siempre), se lava las manos antes de salir, añadiendo que cuando sale no toca el pomo de la puerta “si es posible”. Un vídeo que, como tuvo tanto éxito, replicó en una segunda parte, pero exponiendo qué no se debe hacer.
Los secadores de mano, a evitar: “son capaces de absorber las bacterias, acumularlas y luego liberarlas por el chorro de aire”
Por el otro lado, entre las cosas que intenta evitar en un baño público como científica, está evitar los clásicos secadores de mano, ya que “existe evidencia científica que demuestra que son capaces de absorber las bacterias que hay en el entorno del baño, acumularlas en su interior y luego liberarlas por el chorro de aire, lo que se traduce en que recién lavadas tus manos se vuelven a contaminar de bacterias”.

Además, indica que el tipo de secadores de manos que se muestra en la imagen anterior, “se llevan la palma” porque, según los estudios, “son los que más contaminación producen y, además de acumular bacterias, también acumulan humedad, un medio perfecto para que ellas puedan crecer”.
Por esta razón, aconseja usar las toallas de papel, que son las que han demostrado que más bacterias arrastran y mejor absorben la humedad. Además, añade que gracias a ellas se puede abrir el pestillo y la manivela de las puertas que “normalmente suelen estar contaminadas con restos bacterianos de los baños públicos”. En caso de que no haya papel, concluye que la mejor opción “siempre será secarlas al aire, que ha demostrado que también que hay menos bacterias que secarlas con el secador”.