Un hombre gana 6,5 millones de euros en la lotería y lo pierde todo al invertirlo en productos tóxicos de Banco Santander: llego a vivir de okupa

Francisco Guerrero consiguio ganar 6,5 millones de euros en la Bonoloto y dos años después lo perdió todo por una mala inversión.

Fachada del Banco Santander
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Francisco Miralles

Ganar la lotería es motivo de alegría y máxime cuando te toca varios millones de euros, pero que pasaría si una recomendación ajena a tu voluntad hiciera que perdieras todo tu dinero, dejarte arruinado y tener que llegar a vivir de okupa. Esto es lo que le paso a Francisco Guerrero, un albañil de Cádiz, que tras ganar 6,5 millones de euros en la Bonoloto uno de los sorteos regulados por la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), y pensar en tener una buena jubilación y dejar una suculenta herencia a sus hijos lo perdió todo tras invertir todo su dinero en productos financieros que resultaron ser tóxicos tras la recomendación de un empleado del Banco Santander. Es decir, perdió el dinero que tardaría en ganar casi 271 años trabajando como albañil, ya que el salario medio según el Instituto Nacional de Estadística, se sitúa en los 24.000 euros anuales.

Todo comenzó el 14 de diciembre de 2005, cuando Francisco Guerrero acertó los seis números de la Bonoloto, ganando un premio de 6,5 millones de euros, según recoge El Mundo citando a la agencia EFE. En 2007, tras recibir esta importante suma de dinero y no saber qué hacer con él, ya que, según se ha señalado, era un hombre “sin estudios” y “totalmente ignorante en cuestiones financieras”, decidió invertir una parte a su nombre y otra a nombre de sus cinco hijos, destinando 600.000 euros a cada uno. Este peso que había hecho una inversión en un plazo fijo del Banco Santander que no tenía ningún riesgo, cuando en realidad eran productos tóxicos de alto riesgo.

En 2009, después de dos años y despreocupado pensando que su dinero estaba a buen recaudo, acudíos a su banco a retirar 30.000 euros, ya que lo necesitaba para hacerse un tratamiento de rodilla. Cuál fue su sorpresa al ver como en su cuenta bancaria no había dinero, es decir, los 6,5 millones de euros habían desaparecido. En ese momento comenzó una batalla legal contra el Banco Santander, en el que buscaba que le dieran la razón por su desconocimiento a la hora de realizar inversiones. Así lo relataba Francisco Guerrero hace unos años, cuando decía “yo firmaba, porque me fiaba, me invitaron varias veces a comer y luego me llevaban al banco a firmar, con dos copas de vino, iba embalado y firmaba lo que me decían. A día de hoy no sé todavía lo que firmé, no sé ni pronunciarlo” según cita el diario ABC.

La justicia le ha dado la razón tres veces

Ahora, a sus 66 años, ha conseguido que el juzgado le de la razón tres veces. La primera vez fue en 2016 cuando la entidad bancaria consiguió que le devolviera 1,06 millones de euros por invertir en “productos complejos”. Así, según la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 4 de Castellón, fallo en que el banco “mostró incongruencia y contradicción al afirmar que el contratante tenía experiencia y conocimiento suficiente para llevar a cabo la inversión contratada”.

De la misma forma en 2019, consiguió recuperar otros 1,2 millones de euros de la inversión de sus dos hijos, los cuales cada uno había invertido 600.000 euros. Para el tribunal, quedo acreditado que “hubo vicio en el consentimiento”.

Además, consiguió que en 2020, consiguiera una indemnización total de 209.675, de los cuales 163.000 eran para el y los otros 46.675 euros de sus dos hijas, en concepto de daños y perjuicios, ya que la entidad no informo al cliente del riesgo real de la inversión.

Varapalo en los tribunales

En 2016, Francisco Guerrero recuperó 1,06 millones de euros de las inversiones realizadas en productos financieros complejos, según determinación judicial. A pesar de ello, las deudas generadas por estas operaciones, entre ellas la hipoteca de su vivienda, han dejado su patrimonio “lastrado” por la “ingeniería financiera” a la que asegura haber sido inducido. A pesar de haber recuperado una parte del dinero, Guerrero afirmaba sentirse víctima de un “robo y un engaño” y declaraba que el banco “ha destruido mi vida”. Aunque ya no tenía “ánimo para luchar”, su entorno y su psiquiatra le animaban a seguir adelante con un último juicio, cuya sentencia se conoció recientemente.

El Juzgado de Primera Instancia número 8 de Castellón desestimó la demanda por la que Guerrero reclamaba 1.556.234 euros al Banco Santander por supuesta mala praxis financiera. La magistrada consideró que los daños reclamados debieron haberse incluido en un pleito previo que ganó Guerrero hace cuatro años, cuando se determinó que el banco había incumplido el contrato de asesoramiento financiero.

Asimismo, la juez concluyó que los fondos de inversión contratados por Guerrero no eran excesivamente complejos y que el riesgo estaba limitado a su conversión en acciones y la “volatilidad del mercado”. También se señaló que los préstamos personales y las hipotecas asociadas a la empresa promotora del demandante no estaban cubiertos por el contrato de asesoramiento.

A pesar de este revés judicial, los abogados de Guerrero han confirmado que recurrirán la sentencia ante la Audiencia Provincial. “Estoy muerto en vida”, declaró Guerrero en marzo, a las puertas de los juzgados de Castellón. Su batalla judicial, que ya ha durado años, todavía no ha terminado, mientras sigue enfrentando las consecuencias económicas y personales de las inversiones realizadas en 2007.

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