Un empresario irlandés que decidió divorciarse de su mujer, tendrá que vender ahora el 75% de sus propiedades que incluyen su negocio, para poder pagarle 7,6 millones de euros (6,55 millones de libras esterlinas). La Justicia así lo ha dictaminado tras comprobar que el hombre se había negado a cumplir lo indicado por un tribunal inglés.
Ahora, la mujer ha reclamado su parte y por ello la jueza ha señalado que deberá transferirle las acciones y préstamos de los que es beneficiario como director de varias empresas. Porque, durante el tiempo del matrimonio, ella había recibido pagos “extremadamente reducidos” asumiendo “elevados costes legales”.
Este fallo obliga al empresario a la liquidación de una sociedad inmobiliaria de la que la magistrada considera que es propietario, y destinar el 75% de lo que consiga a su ex esposa, como informa el medio Irish Time.
El matrimonio, como ha señalado el jurado, ha durado el tiempo suficiente como para que el reparto sea “equilibrado”. En la sentencia resaltan que hay que considerar la edad de los dos, y el historial de denuncias por ambas partes desde que la separación conyugal se hizo efectiva hace seis años.
El hombre intentó ‘engañar’ a la Justicia
Durante el juicio, la magistrada resaltó que desde el primer momento existían indicios para desconfiar del testimonio del ex marido que no declaró sus bienes íntegramente. Porque no sólo tenía propiedades dentro del país, sino que iba más allá y hacía negocios en el extranjero.
Por ejemplo, tenía a su nombre una empresa de la que era propietario al 100% con la que conseguía ingresos importantes por alquiler. Y sobre esta, la juez resaltó que la gestión no ha sido verificada ni explicada.
Además, participa al 50% en otras dos sociedades, manteniendo derechos sobre préstamos como director y título de 3 propiedades adicionales en Irlanda. Y a medias con su ex mujer, son propietarios de dos apartamentos en el extranjero.
Paga una pensión “mínima” a su ex mujer que comparte piso con un hijo
Los dos protagonistas están divorciados desde hace cuatro años, pero el empresario nunca asumió lo que le correspondía, según aparecía en el acuerdo. Entonces, la mujer le denunció ante la justicia irlandesa. Aunque vivían en Inglaterra, durante los años en que duró su matrimonio compraron varias casas en Irlanda. Tienen hijos, pero son mayores de edad.
De hecho, la mujer sigue viviendo en Reino Unido con uno de ellos, en una vivienda compartida, y aunque ha recibido una pensión por parte de su ex marido, esta ha sido “mínima”.
El empresario, que no quiso llevar a ningún abogado al juicio y se representó a sí mismo, señaló que no estaba de acuerdo con la sentencia porque tanto ella como un familiar estaban en su contra. La mujer le respondió acusándole de “acosador y narcisista”.
Para terminar, la jueza señaló que lo que estaba diciendo el hombre no respondía al deseo de preservar el matrimonio, sino que no quería que se investigase sobre el patrimonio. También apuntó a que no había pagado en 2021, que era la fecha límite que se había establecido, y que tampoco presentó propuestas alternativas.
La mujer, como apuntó la magistrada, estaba dispuesta a llegar a un acuerdo siempre y cuando se realizase un reparto justo del dinero que había en la cuenta bancaria conjunta y de los bienes.
